Piqué cree que la caída de CiU convierte al PP en "el voto útil del centro derecha" catalán en las generales

Actualizado: martes, 14 noviembre 2006 14:02

BARCELONA, 14 Nov. (EUROPA PRESS) -

El presidente del PP de Catalunya, Josep Piqué, aseguró hoy sentirse "optimista" de cara a esta nueva etapa que se inicia en Catalunya con el nuevo Gobierno de Entesa Nacional pel Progrés, convencido de que dará a su partido una nueva oportunidad --pasado ya el debate estatutario-- para convertirse en referente del centro derecha catalán, atendiendo a la pérdida de peso de CiU en Madrid.

En una entrevista a Catalunya Ràdio recogida por Europa Press, Piqué consideró que "se abre una nueva etapa que me recuerda la de 2003" pero que no contiene algunos de los elementos que frenaron el crecimiento del PP catalán, como la pérdida de las elecciones generales de 2004, la centralización del debate estatutario y la salida al "desconcierto estratégico" de CiU que le dio el pacto Mas-Zapatero.

Una vez desaparecidos estos elementos de la escena, y con CiU de nuevo en la oposición en Catalunya y sin posibilidad de "ser muy influyente en las Cortes Generales, porque hay otros socios", el líder del PP catalán señaló que "este cóctel de cosas me permite ser optimista de cara al futuro y a las próximas elecciones generales porque, atendiendo a la situación de CiU, creo que el voto útil del centro derecha de Catalunya, pensando en el gobierno de España, no de Catalunya, puede ser perfectamente el PP".

Piqué explicó que esta era la perspectiva ya en 2003, pero el debate estatutario complicó el ascenso de los populares. "Nosotros queríamos centrarnos en las políticas sociales, económicas y en los problemas reales de los ciudadanos pero eso no fue posible porque el debate estatutario lo cubrió todo y ese es un terreno en el que el crecimiento de nuestra formación era más complicado", admitió.

Por eso, con un nuevo tripartito en el poder, que limita la influencia de CiU tanto en Catalunya como en las Cortes, y el debate estatutario finalizado, el líder del PP catalán está confiado en sus posibilidades de ascenso, especialmente en las elecciones generales de 2008.

"ABIERTO AL DIÁLOGO" CON CIU.

En cuanto a posibles acercamientos a CiU, Piqué señaló que eso "no depende de nosotros" y aseguró que su partido "siempre está abierto al diálogo y a los acuerdos con el resto de fuerzas, al ser una formación con vocación de gobierno".

Piqué restó importancia a las discrepancias entre el PP y CiU en el debate estatutario y al hecho de que su partido haya interpuesto recurso al Estatut ante el Tribunal Constitucional como algo que pueda impedir un acercamiento con CiU, alegando que también cuando CiU y PP tenían un acuerdo en Catalunya --en las últimas legislaturas de Pujol-- "la Generalitat presentó muchos recursos de inconstitucionalidad contra leyes aprobadas por el Gobierno" del PP.

En este sentido, instó a CiU a "valorar si su estrategia" en la campaña electoral reciente "le ha dado buenos resultados" y "reflexionar si quiere continuar con esta actitud arrogante y de superioridad respecto a sus adversarios políticos".

Piqué advirtió al líder de CiU, Artur Mas, que "las estrategias de exclusión del resto siempre acaban mal", y consideró que la firma ante notario con la que selló su compromiso de no pactar con el PP fue "un error político muy serio". También de cara al resto de formaciones con las que la federación podría haber formado gobierno, Piqué señaló que "si quieres ofrecer pactos a Montilla o a Carod, no les envíes antes un DVD" como el 'Confidencial Cat'.

En cuanto a la configuración del nuevo Gobierno catalán, Piqué consideró "insólito" y "una incoherencia total" el reparto de las competencias en política internacional que se ha hecho presumiblemente entre PSC y ERC, de forma que el presidente de la Generalitat controlará las delegaciones de la Generalitat en Bruselas y Madrid, y el líder republicano, Josep Lluís Carod-Rovira será el responsable de política exterior.

"PROFUNDA ANGUSTIA" ENTRE LOS MOSSOS.

Piqué expresó su "preocupación" por decisiones de este tipo y criticó de nuevo también la asignación de la conselleria de Interior al líder de ICV-EUiA, Joan Saura, asegurando que le "consta" la "profunda angustia" que esta noticia ha ocasionado "en los sindicados de Mossos d'Esquadra", quienes dijo que se lo habían hecho saber.

Según Piqué, esta inquietud entre los sindicatos de la policía autonómica catalana "ya estaba con anterioridad" al nombramiento de Saura, según se lo hicieron saber "en una reunión mantenida con ellos" durante la campaña. "Ese encuentro me dio una visión más completa de la que tenía sobre los problemas del despliegue y de la política de seguridad, y tengo la impresión que con Saura será aún más complicado que con la consellera actual, Montserrat Tura", añadió.

Piqué denunció también que el futuro conseller de Interior y Relaciones Institucionales "no quiere ir a trabajar a la conselleria" de Interior, sino que prefiere "tener el despacho en el Palau de la Generalitat", algo que consideró que demuestra "le importa más controlar que no se le escapen ciertas cosas en el reparto de poder, que hacer una buena gestión en una conselleria tan relevante".

El líder del PP catalán remarcó que "Interior no es una conselleria baladí, como para controlarla desde la distancia" y consideró además que las políticas de seguridad se pueden dictar desde la izquierda "pero no desde determinadas izquierdas" como las que, desde ICV-EUiA, "consideran, por ejemplo, que reprimir una manifestación que se comporta con vivienda".