Piqué denuncia "tacticismo" de la política en Cataluña que busca "romper la espina dorsal de la España constitucional"

Camps acusa a Zapatero de querer hacer "una España con complejos" y de "estar influido por quienes no creen en la nación"

Europa Press Nacional
Actualizado: sábado, 4 febrero 2006 16:48

VITORIA, 4 Feb. (EUROPA PRESS) -

El presidente del PP catalán, Josep Piqué, denunció hoy el "tacticismo" de la política que se está haciendo en Cataluña en los últimos tiempos y advirtió de que lo que se pretende es "dar una vuelta de tuerca a nuestro marco institucional", para "romper la espina dorsal de la España constitucional, de eso que llamamos el Estado de las autonomías".

Piqué hizo estas declaraciones hoy en Vitoria, en un acto organizado por Nuevas Generaciones en el que también participaron la presidenta del PP vasco, María San Gil, y el presidente de la Comunidad Valenciana, Francesc Camps, quien acusó al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, de querer hacer "una España con complejos" y de "estar influido por quienes no creen en la nación".

El líder catalán manifestó que frente a una forma de hacer política "desde el compromiso, el esfuerzo y el sacrificio", como hace el PP vasco, y a otra forma, que es la de Camps, y que pasa por gobernar "pensando en los intereses de los ciudadanos de Valencia", y "logrando consensos desde la generosidad tendiendo la mano a la oposición", existe otra modalidad más que es la que se está desarrollando en Cataluña.

"En los últimos tiempos toda la política está presidida por una apoteosis delirante del tacticismo, buscando sólo objetivos políticos, con segundas intenciones, intereses electorales y partidistas y olvidándose de lo más elemental en política, que es pensar en lo que preocupa a la gente", lamentó Piqué.

Tras indicar que en su tierra "es muy difícil sostener un debate racional sobre ningún tema", añadió que "no se habla de cómo volver a debatir de la distribución competencial dentro del marco de la Constitución", sino que de lo que se trata es de "dar una vuelta de tuerca a nuestro marco institucional", para "romper la espina dorsal de la España constitucional, de eso que llamamos el Estado de las autonomías".

"Se habla de cómo redistribuimos el poder político en beneficio del nivel autonómico", indicó, antes de preguntarse si "necesariamente eso tiene que ser siempre bueno en todas y cada una de las circunstancias".

Piqué explicó que todo el proceso que ha seguido el Estatut se ha llevado siempre por parte de determinadas fuerzas políticas "pensando no en lo que tenemos que pensar los políticos, sino en cómo le saco yo tajada y ventaja a todo lo que está sucediendo". "Jugando con las instituciones, con la estabilidad de la España constitucional y con el consenso básico que ha sido uno de los grandes activos de este país", apuntó.

En este sentido, agregó que "por intereses de partido, de poder y de reparto de poder, que nada tienen que ver con los intereses de los ciudadanos" estamos a punto de "dejar que las instituciones sigan siendo de todos" y que, por primera vez en 30 años, "éstas dependan de la alternancia de las mayorías políticas coyunturales que pueda haber en cada momento" y dejen de ser "un terreno de juego neutral"

"No es admisible que se quieren imponer modelos de sociedad, económicos, o determinadas escalas de valores en las instituciones, a no ser que sean comúnmente compartidas por todos", advirtió, antes de afirmar que "lamentablemente quienes sufren las consecuencias de esto son el conjunto de los españoles, pero sobre todo los catalanes". Ante esto, anunció que "el PP va a luchar para que todo se pueda reconducir", y para que "vuelva la racionalidad y el sentido común".

PLAN IBARRETXE

Piqué dijo también que, "respecto a los contenidos finales, el Plan Ibarretxe y el Estatut tienen mucho que ver", aunque desde el punto de vista tenga dos diferencias. La primera es que "el Gobierno catalán renunció a poner su proyecto sobre la mesa, ya que tenía que salir del consenso de los grupos a través de una ponencia", y la segunda es que "era necesaria una mayoría de dos tercios para que saliese adelante".

Sin embargo, dijo que al final las enmiendas que salieron adelante fueron sólo las de los nacionalistas, por lo que el resultado fue "un Estatuto absolutamente delirante desde el punto de vista nacionalista, con un espíritu confederal, no federal".

Así, recordó que este texto pasó el examen del Parlament "por una simple y única razón", y es que "Zapatero se involucró personalmente con total opacidad y a espaldas incluso de su propio partido en Cataluña, para sacar adelante un texto que es el resultado no de su partido sino de dos partidos nacionalistas".

En este sentido, dijo que ese texto "no tiene nada que ver con la Constitución y cuenta con una financiación imposible", de ahí el "tacticismo" y "una manera de hacer política que a mí me resulta incomprensible y repugnante, porque no se puede engañar a los ciudadanos de esta manera", aseguró Piqué. "No se pueden tratar las instituciones de esta manera, haciéndole aprobar una cosa que después no va a poder ser ratificada", concluyó.

FRANCESC CAMPS

Camps, por su parte, acusó a Zapatero de querer hacer "una España con complejos" y de "estar influido por quienes no creen en la nación", y dijo que frente a esto "el PP es el referente más claro y evidente de lo que es la España sin complejos"

"España no tiene de aliado al presidente de su Gobierno y por eso nosotros le exigimos que queremos una España solidaria, de derechos y obligaciones iguales para todos, vivamos donde vivamos", anunció.

En este sentido, dijo que la actuación de Zapatero es la de "ser pionero" en "no saber si preside el Gobierno de una nación o una nación de naciones" y en "no hablar del modelo territorial español con el principal partido de la oposición".

Asimismo, lamentó que el presidente del Gobierno de Madrid "haya pactado un modelo de financiación para toda España con el líder de la oposición de un Parlamento autonómico".

Tras indicar que el Estatut catalán "no va a favor de la España reciente sino en contra de ella", dijo que el PP está dispuesto a debatir sobre lo que haga falta pero "dentro del marco de convivencia y prosperidad que es la Constitución española".

En este sentido, abogó por hacer un referéndum "para que todos los españoles tengan la oportunidad de opinar sobre qué España quieren", antes de acusar al presidente del Gobierno español de "crear un problema donde no lo había" y un problema muy grave porque es "por el propio concepto de España". "En esa paradoja el PP no debe perder la coherencia ni sus convicciones", advirtió.

Camps dijo por último que la reforma de Estatuto de la Comunidad Valenciana responde a los criterios de "lealtad a España y a la Constitución de 1978" y "buscando la mayoría política de esta autonomía y de toda España".

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