El PP catalán tendrá como lema de campaña 'Que gane el sentido común' y es optimista sobre sus "perspectivas de crecimiento"
BARCELONA, 6 Sep. (EUROPA PRESS) -
El presidente del PP de Cataluña y candidato a la presidencia de la Generalita, Josep Piqué, consideró hoy que con el relevo de Pasqual Maragall por José Montilla en la candidatura del PSC "se está produciendo una especie de golpe de Estado" en el seno de este partido y apuntó que "es una apuesta bastante arriesgada porque rompe con unos equilibrios" internos del PSC "que se han mantenido durante años".
Piqué interpretó los cambios en el PSC como la imposición de "sectores que hasta ahora eran garantía de obtención de votos pero no ocupaban cargos de máxima responsabilidad, pero que ahora sí quieren ocuparlos y, para ello, están desplazando al núcleo dirigente tradicional del PSC que provenía de la izquierda burguesa nacionalista", el sector conocido como "el PSC-Congrés".
El líder del PP catalán presentó hoy el eslogan de su partido para la campaña autonómica, 'Que gane el sentido común', con el que pretende llevar a cabo una campaña "centrada en las propuestas y soluciones a los problemas que realmente interesan a la ciudadanía catalana, evitando perdernos en debates identitarios estériles".
Así, el programa electoral del PP catalán, que se aprobará definitivamente el próximo 30 de septiembre, planteará "soluciones" a cuestiones como "la inmigración, la inseguridad ciudadana, la vivienda y los aspectos económicos como el paro y los tipos de interés", que según las encuestas populares son "los que más preocupan" a los catalanes.
ESCENARIOS POSTELECTORALES.
Después de los dos años de "inestabilidad" que ha supuesto el tripartito, según Piqué, el PP catalán pretende presentarse como "la garantía" de que "no se repita" esta mayoría de izquierdas y de que "cualquier alternativa que no incluya al PP no puede aportar la estabilidad necesaria para Cataluña". Así, señaló que una eventual alianza de CiU y ERC o un gobierno liderado por el PSC "no aportarían la estabilidad y el debate político sano que necesita Cataluña".
Piqué se negó a "especular sobre posibles coaliciones postelectorales" hasta no conocer los resultados de las elecciones, pero sí apuntó que una posible colaboración con CiU en el Gobierno de la Generalitat "no se produciría en las mismas condiciones" en las que se produjo la alianza entre 1996 y 2003, dado que la federación hoy "no reconoce la aportación" que los populares hicieron a su mandato.
El líder de los populares catalanes dijo sentirse "optimista" respecto a los resultados de su partido en las elecciones y aseguró que sus encuestas propias auguran "perspectivas de crecimiento para el PP". "Tenemos un partido muy tensionado y gente muy movilizada, consciente de la importancia de estas elecciones", como la oportunidad de "no volver a repetir la pesadilla del tripartito", afirmó.
Aunque reconoció que, "en política, los resultados de las elecciones siempre cuentan y si hay pérdidas alguien ha de responsabilizarse de ellas", Piqué se mostró convencido de obtener unos buenos resultados que no permitan poner en cuestión su liderazgo.
RECUPERAR EL PRESTIGIO DE LA POLÍTICA.
Piqué se marcó el reto de "recuperar el prestigio y la credibilidad de la política" que la ciudadanía "ha perdido" en los últimos meses, en los que "el debate político ha estado obsesivamente centrado en problemas que sólo interesaban a la clase política, como las cuestiones identitarias".
Para ello, el PP se propone centrar su campaña en "proponer alternativas, proyectos y respuestas a los problemas del día a día" de la ciudadanía. Con este fin, el partido organizará tres jornadas monográficas sobre inmigración, inseguridad ciudadana y vivienda, previas a la aprobación definitiva de su programa, en las que participarán expertos, agentes sociales y miembros del partido que han gobernado en los Ejecutivos del PP o en otras comunidades autónomas.
