MADRID, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Museo del Prado exhibe a partir de hoy el cuadro de Juan de Flandes 'Crucifixión', una obra maestra de la pintura hispano-flamenca que fue entregada al Museo en dación de pago de impuestos por Ferrovial y que ha sido resido restaurada por la conservadora Clara Quintanilla. Coincidiendo con la mayor afluencia de visitantes al Prado durante la Semana Santa también regresará a las salas del museo 'La Adoración de los pastores' del Greco, que no se podía ver desde junio de 2004, y se expondrá por primera vez el lienzo 'San Jerónimo', de Georges de La Tour, tras su depósito por parte del Ministerio de Trabajo.
El director adjunto de Conservación del Museo del Prado, Gabriele Finaldi, destacó la "excepcionalidad" de la tabla de Juan de Flandes, cuyo estado de conservación al llegar al Prado era "casi perfecto", y se mostró "orgulloso" de la incorporación de esta obra a la colección de la pinacoteca. Tras la intervención, llevada a cabo por la restauradora del Museo Clara Quintanilla, consistente en una limpieza y en una reintegración de las escasas pérdidas de color que se apreciaban en las juntas de los paneles, la tabla se podrá admirar ahora en la sala 49 del Museo.
La conservadora y jefe del Departamento de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo del Prado, Pilar Silva, aseguró que la 'Crucifixión' tiene uno de los mejores paisajes que conocemos de Juan de Flandes, quien sitúa a sus personajes en un pasado "lejano y suntuoso". "Es una composición absolutamente magistral", añadió.
Esta obra maestra del Renacimiento Español estaba expuesta en la predela de la Catedral de Palencia a principios del siglo XVI. En 1559, la obra fue retirada del retablo mayor de la catedral palentina y se colocó en la sala capitular de la Catedral, hasta que en 1944, la iglesia decide venderla a la colección Arburua.
LA 'CRUCIFIXIÓN', PIEZA MAESTRA DE LA ICONOGRAFÍA
Silva explicó los orígenes y la historia de esta "pieza maestra de la iconografía", totalmente autógrafa, que suma ecos del arte de Mantegna a la tradición flamenca en la que se formó Juan de Flandes. Su adscripción al Museo del Prado supone la aportación de una obra preeminente a la colección de pinturas realizadas en España en tiempos de los Reyes Católicos, completando uno de los periodos (desde el Románico hasta el Renacimiento) en el que el Prado tiene más lagunas.
Asimismo, la jefe del Departamento de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte llamó la atención sobre el empeño del artista en representar las emociones de cada personaje y el esmero en los detalles, como ocurre con la larga melena de Cristo, las guarniciones del caballo del centurión y las calaveras o las joyas distribuidas en el suelo al pie de la cruz.
De origen y formación flamenca, a Juan de Flandes (?- 1519) se le conoce por las obras realizadas a partir de 1496, fecha en la que llegó a Castilla para convertirse en pintor de la corte de Isabel Católica. Desde la muerte de la reina, el artista permaneció en Castilla pero tuvo que someterse a la exigencias de sus nuevos encargos.
Juan de Flandes recibió en 1509 el encargo de realizar las pinturas para el retablo mayor de la Catedral de Palencia. El artista concibió para el banco (o predela) del retablo tres tablas--el 'Camino del Calvario', 'El entierro de Cristo' y en el centro 'La Crucifixión--como una especie de tríptico de carácter excepcional. La 'Crucifixión' formaba el foco de atención del retablo, siendo la parte más visible y cercana al oficiante y al fiel, junto con las otras dos escenas, que todavía se conservan en su lugar de origen.
LA ADORACIÓN DE LOS PASTORES
Junto a la obra de Flandes, el Museo recupera para sus visitantes 'La Adoración de los pastores' de El Greco, tras someterse a una "minuciosa restauración". La parte más complicada del proceso ha sido al intentar reparar los daños sufridos por la obra en el Convento de Santo Domingo el Antiguo de Toledo, lugar de origen del lienzo donde se dobló su parte superior al cambiarse su ubicación desde la capilla sepulcral hasta el ático del retablo mayor.
A parte de proceder a una reintegración visible de las grandes pérdidas que presentaba la obra debidas a los daños sufridos por su plegado, Almudena Sánchez, restauradora del Museo y autora de la intervención, ha eliminado la suciedad de la superficie y numerosos repintes que alteraban de forma notable la profundidad y definición de los distintos planos de la pintura.
Por último, el Prado ha instalado en la sala 5 del Museo la obra de 'San Jerónimo' de Georges de La Tour, depositado en el Prado en octubre de 2005, tras su inesperado descubrimiento en la sede del Instituto Cervantes de Madrid. El hallazgo de esta pintura y la decisión del Ministerio de Trabajo de depositarla en el Prado constituyó una noticia de "primera magnitud" para el Museo, debido al reducido catálogo de obras atribuidas a su autor, principal maestro francés del siglo XVII del que en España sólo se conocía la existencia de 'Ciego tocando la zanfonía', adquirida por el Museo en 1991.