MADRID 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
La presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas, afirmó hoy en los desayunos informativos de Europa Press que para evitar que peligre la unidad de España está el tribunal que preside, ya que "defiende la Constitución española, en su letra y en su espíritu", y ésta contempla la unidad de la nación española.
Al ser preguntada sobre si está en peligro la unidad de España, Casas respondió con un "no y sí", para a continuación asegurar que en definitiva no lo está, gracias a la función que desarrolla el Tribunal Constitucional.
En este sentido, explicó que "el Constitucional defiende la Constitución española, en su letra y en su espíritu", y la unidad de España forma parte de la Carta Magna, en los términos que recoge el artículo 2, donde se contempla el derecho a la autonomía de las comunidades autónomas, regiones y nacionalidades dentro de la unidad de la nación española.
"Mientras exista, y tiene que existir, esta Constitución, el TC defenderá, como ha hecho, esta Constitución. Esta es la grandeza del sistema de derechos y del sistema constitucional y cumplirá su función de defender su supremacía incondicional del ordenamiento jurídico.", añadió.
ESTATUTOS AUTONÓMICOS.
Por su parte, al ser preguntada sobre si el TC puede decir con independencia que un Estatuto, como el catalán, es inconstitucional, una vez que ya ha sido refrendado por los ciudadanos de la Comunidad Autónoma que regirá, María Emilia Casas explicó que el alto tribunal siempre actúa sujeto a la Constitución y a su Ley Orgánica, y mientras no se establezca el recurso previo de inconstitucionalidad, sólo se podrá estudiar después de aprobado en referéndum.
El Estatuto es "una ley especialmente importante, pero sujeta y subordinada a la Constitución", por lo que, si cuando la estudie, el TC entiende que incurre en alguna inconstitucionalidad, así lo declarará.
Tras recordar el debate existente entre la diferencia de incluir el término "nación" en el preámbulo o en el articulado del Estatuto catalán, Casas señaló que aunque "no tiene el mismo valor que una norma, tiene capacidad interpretativa de integración" de la propia norma.
Concluyó señalando que no cabía "duda de que el TC ha estado, está y estará en su sitio, que es defendiendo la supremacía incondicional de la Constitucíón en el resto del ordenamiento jurídico".