SEGOVIA, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Consejo General de la Abogacía, Carlos Carnicer Díez, demandó que se acorten los plazos de los procedimientos judiciales, al tiempo que señaló que la calidad de la Justicia "vendrá de la mano de más medios, más juzgados, más jueces y fiscales y de más calidad, porque los actuales son muy buenos, pero pueden ser muchísimo mejores".
Carnicer Díez realizó estas declaraciones en la Fiesta Pascual del Colegio Oficial de Abogados de Segovia, que hoy se celebra y en la que han jurado cargo nueve nuevos colegiados en la capital.
Mientras, Carnicer Díez señaló que "la abogacía española vive un momento interesantísimo, en el que estamos modificando algunas de nuestras normas más importantes, como es la relación laboral entre abogados, así como las leyes de sociedades profesionales y la ley de acceso a la profesión de abogado".
Respecto a "nuestra propia actividad", el presidente del Consejo General de la Abogacía anunció que "estamos ultimando el plan tecnológico que va a suprimir todo el papel de las actuaciones jurídicas y va a comunicar los despachos de los abogados con los juzgados, lo que evitará tiempo y dinero al cliente y aligerará los procedimientos judiciales".
Mientras, insistió en que cree que "no hay demasiados abogados, pero sí falta una mayor formación e información a la sociedad de lo que sirve un abogado". En este sentido, indicó que "los barómetros de opinión evidencian que cada vez más se acude a los despachos de abogados para pedir asesoramiento, lo cual es muy importante, porque la función del abogado evita muchos conflictos y resulta imprescindible no sólo para defender en un juicio, sino para hacer justicia también fuera de los juzgados, arreglando a las dos partes en conflicto".
El presidente del Consejo General de la Abogacía cifró en 700.000 los abogados que hay en Europa, número que se coloca en los 165.000 en España, de lo que 110.000 ejercen su profesión, y "una sexta parte de los abogados europeos los tenemos en España".
"Los abogados españoles sirven para más cosas que los europeos, porque en Francia el ejercicio de la abogacía es incompatible con la industria y el comercio, lo cual limita bastante", concluyó Carnicer Díez.
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