El preso islamista en huelga de hambre vuelve a prisión porque el hospital dice que no necesita alimentación forzosa

Actualizado: viernes, 20 abril 2007 16:39

La directora de Prisiones dice que consume azúcar y que por eso su situación es menos alarmante que la De Juana Chaos

MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -

El presunto terrorista islamista Djamel Merabet que se encuentra en huelga de hambre desde hace 50 días fue conducido a última hora de la tarde de ayer a un hospital valenciano, para ser examinado. Sin embargo, a las seis de la madrugada fue devuelto a la prisión porque los medicos consideran que no necesita alimentación forzosa y tampoco estar hospitalizada, informaron a Europa Press en fuentes penitenciarias.

La directora general de Instituciones Penitenciarias afirmó hoy que ese recluso está tomando azúcar y por eso los indicadores no eran tan alarmantes como en el caso del miembro de la banda terrorista ETA, Ignacio de Juana Chaos. No obstante, durante estos 50 días en huelga de hambre, el preso islamista ha perdido 18 kilos.

Djamel Merabe, que fue detenido en el marco de la 'Operación Nova', se encuentra en huelga de hambre desde el pasado 1 de marzo, día en el que Ignacio de Juana Chaos fue trasladado a un hospital del País Vasco.

En el escrito que trasladó al director de la cárcel comunicando su decisión de iniciar una huelga de hambre, Merabet señala que se encuentra en un estado de "total indefensión" porque se le acusa de un delito que dice no haber cometido. Djamel Merabet es preso en situación preventiva desde el 24 de octubre de 2004, cuando el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón dictó contra él prisión incondicional por tres delitos de terrorismo.

Merabet, argelino de 44 años, fue uno de los 17 islamistas que el juez Garzón envió a prisión dentro de la primera fase de la 'Operación Nova' por integrar una célula terrorista autodenominada 'Mártires para Marruecos'. Según el auto del juez, Merabet era uno de los integrantes del grupo que había decidido inmolarse en una acción terrorista que pretendía volar la Audiencia Nacional con un camión-bomba.

"Mártires por Marruecos" fue creada por Mohamed Achraf --que fue detenido en Suiza-- en la cárcel de Topas entre finales de 2001 y principios de 2002. La célula fue detectada en noviembre de 2003 por la Policía, que descubrió cómo el "núcleo de reclutamiento" se centraba en personas que cumplían condena por delitos comunes y a la que los líderes del grupo pretendían reclutar para el terrorismo islamista como una forma de "purificar" sus acciones pasadas.

Este es el caso de Djamel Merabet, quien ha ingresado en prisión al menos 12 veces desde 1984, siempre por delitos comunes, la mayor parte de ellos cometidos contra la propiedad. El espacio de tiempo más prolongado que ha permanecido en prisión es el que comprende de 2000 a 2004. Ese último año abandonó la cárcel en marzo, supuestamente ya integrado en 'Mártires para Marruecos', y regresó en octubre, ya acusado de terrorismo.

LIBROS PARA EL 'MARTIRIO'.

Fue detenido el 19 de octubre de 2004 en la barriada malagueña de Campanillas, donde residía junto a su novia. La Policía le incautó libros para convertirse en mártir, además de correspondencia, resguardos de ingresos bancarios, agendas telefónicas y tarjetas de teléfonos.

Su situación de preventivo ha obligado a Instituciones Penitenciarias a dirigirse a la Audiencia Nacional, de la que depende, para solicitar permiso de traslado a un centro hospitalario en el caso de que los médicos lo consideren necesario, así como para que sea alimentado de forma forzosa, a lo que el Alto Tribunal ya ha respondido afirmativamente, precisaron las fuentes consultadas por Europa Press. Al parecer, el preso ingiere líquidos, pero ha perdido bastante peso.

Una treintena de presos comunes alegaron la concesión de la prisión atenuada para De Juana como motivo para iniciar huelgas de hambre que en muchos casos abandonaron a los pocos días. Según las fuentes consultadas, la mayoría de estas iniciativas carecían de rigor, sobre todo las que se prolongaban durante varios días, ya que los presos rechazaban las comidas, pero luego ingerían otros alimentos a escondidas que adquirían en el economato.