VIGO, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -
El acusado como presunto autor de asesinato de Águeda González Francisco Javier R.B., de 31 años de edad, admitió hoy --durante la vista que se celebra en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra en Vigo-- que mató a la joven, de 21 años, tras una discusión porque ella se negó a prestarle dinero y le insultó, según su versión.
El imputado, que sólo contestó a las preguntas de su abogada defensora, reconoció que el día 11 de enero de 2006 se citó con Águeda González en Baiona y que la chica se subió voluntariamente a a su coche "para ir a dar una vuelta". Ambos se dirigieron a una zona forestal apartada, conocida como Chan da Lagoa, donde iniciaron una discusión debido a que Francisco Javier pidió dinero a la chica.
En su declaración, el sospechoso confirmó que tenía problemas económicos y multitud de deudas y relató que, cuando pidió dinero a la chica, ésta le insultó, llamándole "inútil y muerto de hambre". Según su versión, estaba "quemado" por lo que se "enfadó" y "se descontroló". "Estaba agitado y nervioso y se montó la de San Quintín", argumentó.
Francisco Javier R.B. también reconoció haber agarrado por el cuello a la víctima para que "se callara" y haberle asestado al menos tres cuchilladas. No obstante, insistió en que no había comprado ese cuchillo para matar a Águeda Gonzáles y admitió que, si hubiera sabido que la discusión acabaría así, "antes atracaría un banco o lo que sea".
El imputado también reconoció que, tras el asesinato, tenía intención de quitarle toda la ropa para borrar huellas. No obstante, admitió que no fue "capaz" por lo que sólo la despojó de las zapatillas y pantalón, aunque dejó la ropa interior a la altura de las rodillas, antes de ocultar el cadáver en una cueva.
DECLARACIÓN DE LOS PADRES.
En la sesión de esta mañana comparecieron como testigos los padres de la víctima, Rosa Portela González y Manuel González Durán, quienes insistieron en que el acusado y su hija no mantenían ninguna relación de amistad, al tiempo que reprobaron que ningún miembro de la familia se interesó por su estado, una vez que apareció el cadáver de la joven.
Asimismo, también prestó declaración el hermano de la fallecida, Alberto González Portela, quien confirmó que recibió una llamada de la suegra del acusado poco después de la detención para "pedir disculpas". Además, tanto el hermano de la joven como su padre confirmaron que el mismo día que desapareció encontraron su coche perfectamente aparcado en Baiona, cerrado y sin signos de violencia.
PETICION DE PENAS.
Tanto la acusación particular como la Fiscalía solicitan para Francisco Javier R.B. 20 años de prisión por el delito de asesinato con alevosía e incluyen la circunstancia de agravante por el "aprovechamiento de las circunstancias del lugar que debilitan la defensa del ofendido o facilitan la impunidad del delincuente". Ambas acusaciones consideran que el presunto autor de la muerte de Águeda González actuó según un plan premeditado.
En el caso del abogado de la familia de la joven, éste mantiene que el acusado no actuó solo y que pudieron participar más personas en el crimen. Además, sostiene que la víctima no murió el mismo día en que desapareció sino que el acusado la mantuvo retenida cuatro o cinco días "sometiéndola a quien sabe qué clases de torturas".
"INIMPUTABLE PENALMENTE".
Por su parte, la abogada de la defensa, letrada de turno de oficio, pidió la absolución de su defendido por considerar que es "inimputable penalmente" debido a sus trastornos mentales. De hecho, aportó nuevas pruebas, en concreto, informes de evaluación psiquiátrica realizadas por profesionales de la Administración autonómica, que se llevaron a cabo en los últimos años.
En caso de que sea condenado, la abogada pide que se le impute un delito de homicidio y que se tengan en cuenta la eximente de trastorno mental transitorio y las atenuantes de arrebato y obcecación, arrepentimiento espontáneo y cooperación con las fuerzas policiales, ya que fue el propio acusado quien se autoinculpó en su declaración ante la Guardia Civil y facilitó la localización del cadáver con la elaboración de un plano.