Los psicólogos dicen que el acusado de matar a un vecino en Almorox (Toledo) es una persona "fría y calculadora"

Aseguran que no es un enfermo, pese a que presenta una ideación persecutoria y justiciera

Europa Press Nacional
Actualizado: miércoles, 24 junio 2009 17:25

TOLEDO, 24 Jun. (EUROPA PRESS) -

Psicólogos del juicio contra José R.G., el hombre acusado por un delito de asesinato y por otro de asesinato en grado de tentativa, cometidos el 14 julio de 2006 en Almorox (Toledo), contra un vecino y el padre de este último, a quienes disparó con una escopeta, aseguraron hoy que no se arrepiente de los hechos y se puede considerar un persona "fría y calculadora".

Con motivo de la segunda jornada del juicio que comenzó ayer en la Audiencia Provincial de Toledo, una de las psicólogos que reconoció a José R.G. el pasado 6 de junio, manifestó que existen rasgos psicóticos en el acusado, pese a que su personalidad no afecta a su capacidad de querer y entender, y sabe "perfectamente" lo que ha pasado siendo capaz de discernir lo que está bien y lo que está mal.

Asimismo, una de las médicos forenses que se encargó de examinar al inculpado un mes después de que se produjera el suceso, explicó que se trata de una persona que presenta una ideación persecutoria y justiciera que puede llegar a ser peligrosa para los destinatarios de la misma, y que asoció a las víctimas con la muerte de su hijo que se produjo meses antes.

Según la forense, dicha patología "está ahí" y no hay razón para que evolucione a un trastorno psicótico, por lo que señaló que José R.G. no es un enfermo. También manifestó que es consciente de sus actos y que conoce las consecuencias de los mismos.

Igualmente, apuntó que el acusado podría llegar a ser un enfermo con el tiempo, pero que si se le da la razón en su ideación "las cosas no tienen que pasar a mayores". "Toda su actividad está dirigida a que se le dé la razón que busca y mientras que no se le dé, la ideación podría influir en su comportamiento", agregó

HERIDAS POR ARMA DE FUEGO

Por su parte, los forenses que realizaron la autopsia al fallecido explicaron que su muerte se produjo a causa de heridas por arma de fuego localizadas en la parte derecha del abdomen y en la parte izquierda de la espalda. Sin embargo, no pudieron determinar el orden en el que se produjeron los disparos y dijeron que las dos heridas tenían similares características.

En cuanto al padre del fallecido, los forenses concretaron que sus heridas se produjeron en el tórax y a nivel abdominal, a las que se unen las causadas en la mano que, según señalaron, requirieron de múltiples intervenciones quirúrgicas y causaron que perdiera la movilidad de la misma.

Igualmente, indicaron que las heridas causadas en el abdomen fueron superficiales, mientras que las causadas en el tórax fueron más profundas y se produjeron en una zona vital al poder haber afectado al pulmón derecho. Por lo que dijeron que no se puede determinar si el traumatismo torácico pudiera haber sido paliado por la mano.

De otro lado, los guardias civiles encargados de hacer los informes de balística, dijeron que la escopeta se encontraba en "perfecto estado" de funcionamiento y que si la persona que utiliza este tipo de armas "tiene cierta pericia", no se pierde "mucho tiempo" en recargarla.

De mismo modo, apuntaron que los disparos que causaron la muerte a al fallecido se pudieron realizar desde una distancia de dos o tres metros y que no se puede establecer el orden de los mismos, si bien el que presentaba en el costado anterior puede ser el más cercano.

INSPECCIÓN OCULAR

Durante la vista, los guardias civiles que realizaron la inspección ocular del lugar del suceso, manifestaron que cuando llegaron había allí personal civil, personal sanitario y otros guardias civiles del cuartel de Almorox.

Asimismo, señalaron que tanto el camión como el tractor de las víctimas habían sido movidos cuando llegaron por un vecino y que no encontraron ninguna garrota en las inmediaciones, ya que no fue hasta que registraron el camión hasta que no apareció un bastón de madera de 102 centímetros.

Finalmente, los guardias civiles del puesto de Villaviciosa de Odon (Madrid), en el que se entregó el acusado, manifestaron que llegó al puesto con sus abogados y que su estado era el "normal" de una persona que se va a entregar. Así, apuntaron que confesó que había disparado a dos personas, pero que no sabía si las había matado o no.

El juicio concluirá el próximo miércoles, 1 de julio, debido a la ausencia durante los dos días de duración de la vista de una testigo que la defensa ha pedido incluir como prueba y que se encuentra fuera del país. Así como de un guardia civil que se encuentra de baja por enfermedad.

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