BARCELONA 13 Dic. (EUROPA PRESS) -
El ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol advirtió hoy de que "la colectividad catalana podría desaparecer mucho antes del año 2800". Lo dijo en alusión a un estudio estadístico publicado por la revista The Economist que afirmaba que en 2.800 desaparecerá la población japonesa.
Lo dijo en la presentación del seminario 'Cambio demográfico y estado del Bienestar', organizado por el Centre d'Estudis Jordi Pujol. En el seminario, que se realiza mañana en la sede de la Obra Social Caixa Sabadell, se reflexionará sobre la natalidad, el envejecimiento de la población, las pensiones, la edad de jubilación, la familia y la conciliación de la vida laboral con la familiar.
Entre los ponentes destacan la ex secretaria de Estado de asuntos exteriores noruega, Janne Haaland Matlary; el doctor en economía por la Universidad de Berkeley y profesor extraordinario del IESE Jordi Gual, y el profesor de Sociología de la Universidad Humboldt de Berlín, Hans Bertram.
El catedrático de ciencia política y asuntos públicos de la Princeton University, Jordi Boix, explicó hoy que el número ideal de hijos para las parejas españolas es de dos, mientras que la media está en 1,2. Y advirtió de que Catalunya tiene unos niveles de familia como los de la Guerra Civil y la posguerra españolas o los de la China maoísta.
Por su parte, Pujol remarcó que a los políticos "les cuesta hablar de esto porque enseguida da la sensación que se perderán ventajas sociales", pero hizo hincapié en que "es suicida no hablar de ello".
Ante la necesidad de políticas para ayudar a la conciliación familiar y laboral, Pujol explicó que el trabajo parcial y flexible, la flexibilidad de horarios y los permisos de paternidad y maternidad son "objetivamente difíciles de implantar".
Lo atribuyó, entre otras razones, a las pocas facilidades de las empresas y de los sindicatos. Sin embargo, advirtió de que es un "tema capital" y de que Catalunya "puede acabarse como identidad".
También explicó que la inmigración tiene un problema en Catalunya porque existen dos lenguas oficiales --una de ellas, la catalana--, y añadió: "La gente de fuera se inclina por el castellano si no la exigimos".