MADRID, 4 Jul. (OTR/PRESS) -
Se esperaba que el líder del PP, Mariano Rajoy, protagonizara ayer una auténtica carga contra el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y no defraudó. Tras cerca de 40 minutos de golpes a la política del Ejecutivo, pocos minutos antes de que finalizase su tiempo de intervención, Rajoy dejó caer su golpe maestro, "la única decisión suya que puede tener interés para la gente es la fecha de las elecciones", le espetó, conminándole a terminar con una legislatura "pobre" y "lamentable". Rajoy tampoco olvidó sacar a colación la política antiterrorista, considerando que Zapatero ha cometido "un gran fraude" para con la ciudadanía y que ahora todos "caminamos sobre los escombros" del proceso de paz.
A juicio de Rajoy, el mandato de Zapatero "ha concluido ya" y no queda más "que un interregno vacío, una constante reclamación de responsabilidades, una pura precampaña electoral, una malversación de tiempo y de la energía nacional". "La única decisión suya que puede tener interés para la gente es la fecha de las elecciones. Para todo lo demás me temo que carece de crédito. No está en condiciones de defenderse con su palabra, ha llegado al lamentable extremo de que para avalar su palabra tendría que mostrar las actas de las reuniones con ETA y no espero que lo haga", espetó el líder del PP.
Así, consideró que corresponde a Zapatero "decidir si está en condiciones de gobernar o si es mejor que deje a los españoles que resuelvan" y aunque cree que "en cualquier democracia estable" habría un adelanto electoral no descarta que Zapatero "se empecine en continuar dando tropezones de un error a otro". "Usted dirá si esto va a durar tres, cinco o nueve meses, ese es todo su margen de elección. Acepte las cosas como son", señaló, antes de remachar: "deje que sean los españoles quienes decida si usted debe continuar".
Tras demandarle a Zapatero "un gesto que esté a la altura del puesto que ocupa y de la responsabilidad", Rajoy dijo que su discurso es "el más doloroso" que ha pronunciado en su vida, pero "intento cumplir con mi deber lo mejor posible y a veces no es agradable". Con todo, redundó en su balance sobre la gestión del Gobierno de Zapatero "un paréntesis, una triste pausa en la evolución de la España democrática". "Si comparamos su resultados con los de los presidentes que le han precedido, el balance es tan pobre que casi da vergüenza criticarlo", aseveró el líder del PP.
EL MAYOR FRACASO
En materia antiterrorista, Rajoy consideró que los españoles "estamos caminando sobre los escombros de su mayor fracaso, del que no ha querido darnos explicación y de que tiene una grave responsabilidad política pendiente. No pretendo hacer leña del árbol caído, pero tampoco voy a correr una cortina que nos oculte la realidad nacional. He ofrecido apoyo, no impunidad y mucho menos complicidad", aseguró Rajoy, que puso como ejemplo que "si alguien provoca un incendio en mi vecindario, le ayudaré a apagarlo porque es mi obligación, pero no renunciaré a exigir responsabilidades".
En todo caso, Rajoy quiso dejar claro que sus reproches no son porque "cuando existen razones para suponer que ETA puede cambiar de actitud, se explore esa posibilidad. Eso es sensato y cuesta muy poco trabajo". Sin embargo, el líder del PP señaló que Zapatero dijo "que existía una posibilidad para la paz; que estábamos ante una oportunidad histórica porque ETA se había cansado; que debía intentarse y que no se iba a pagar precio político alguno". "Lo cierto es que no había ninguna posibilidad y se sabía", sentenció Rajoy, "desde el primer día que hablaron con ETA sabía que no pensaba rendirse, que reclamaba la Alternativa KAS completa. Nos mintió".
"No diga que cumplió con su deber al intentarlo y que es ETA quien se equivoca. No nos cuente que lo hizo de buena fe". En esta línea, Rajoy ironizó sobre la "buena fe" que puede haber en las "evidencias" de que Zapatero pactó con ETA-Batasuna que "volvería" a los Ayuntamientos o que acordara con ellos "incluir" en su declaración en el Congreso de los Diputados en el año 2006 la expresión el derecho a decidir de los vascos. "No le han engañado. No se han equivocado. Se ha equivocado usted que lleva tres años tratando de engañar a todo el mundo", determinó.
En referencia a Navarra, Rajoy consideró que allí "está en juego algo más que una simple disputa por el poder. Se enfrentan dos formas de entender España y es usted quien decide". "Más aún: está en juego si podrá usted, o no, volver a las andadas. Tiene dos posibilidades: pactar con unos para que ETA vea que usted deja abierta la puerta a futuras negociaciones; o pactar con UPN para que los terroristas sepan que usted rechaza cualquier posibilidad de entendimiento. Lo vamos a ver enseguida", advirtió.
"Sea lo que fuere y aunque no tengo ninguna confianza en usted, a mí no tiene que reclamarme apoyos para luchar contra ETA. La crítica de sus errores no merma mi apoyo en el presente. Frente a ETA, yo siempre diré que toda la culpa es de ETA. Ahora bien, mi ayuda es para derrotar a ETA. Vamos a luchar contra ETA", sostuvo, antes advertir que el consenso dependerá de que no haya "ambigüedades", "juegos de palabras", ni "objetivos y procedimientos".
UNA LEGISLATURA LAMENTABLE
Aunque Rajoy consideró que con ese "fracaso" el "resto de la gestión pierde importancia", dedico la primera parte de su discurso a analizar la política del Gobierno, que resumió en una palabra, "lamentable". "A todos nos gustaría vivir en ese idílico país que ha descrito en su mitin y disfrutar de un gobierno tan benéfico como el que ha dibujado", dijo. "Nunca he visto a nadie hablar tan bien de sí mismo", sentenció, antes de poner de manifiesto que gobernar no es "cualquier cosa que haga el que ocupa el Gobierno", pero que, en realidad "no basta tener el Gobierno para gobernar como no basta tener los ojos abiertos para estar despierto".
A juicio de Rajoy, Zapatero se ha dedicado "a navegar sin rumbo fijo" y las "únicas medidas que ha tomado no le han llevado a ningún sitio". Entre los retos a afrontar citó la globalización, que "será lo que queramos, será un oportunidad si somos capaz de movernos y será una pesadilla si seguimos sesteando", afirmó, antes de considerar que "tendríamos que estar haciendo lo mismo que Angela Merkel y Nicolas Sarkozy". Rajoy valoró la buena marcha de la economía que "no se debe a que usted gobierne, porque aunque ese asiento estuviera vacío seguiría igual. Su principal aportación como gobernante ha sido no tocar nada de lo que se encontró".
"Lo menos que se le podía pedir era que diera pedales a la bicicleta, pero no ha dado ni uno" y no ha resuelto ninguno de los retos económicos, algo que resumió remitiéndose a los datos del CIS, "durante estos tres años la proporción de ciudadanos que ven las cosas con buenos ojos se ha reducido a la mitad". "Del año pasado a este lo único que parece preocuparle es que a ningún niño le falte el catecismo del buen socialista", criticó, en referencia a la Educación para la Ciudadanía, y antes de darle "la bienvenida a la política familiar" y las gracias por "asumir la propuesta que figura en nuestro programa electoral, 3.000 euros por hijo".
Por último, Rajoy acusó a Zapatero de "esconder la cabeza debajo del ala" en lo que concierne a Afganistán y Líbano, por no reconocer que las tropas van "a un escenario bélico". "Es hora de que dé la cara", sentenció, señalando que han pasado diez días desde la muerte de los seis soldados en Líbano y Zapatero "aún no se ha dirigido a los españoles". Por ello, Rajoy aseguró que "siempre que hay una dificultad, España está sin presidente del Gobierno". "La leyes sociales tienen su importancia, pero no son lo más importante, ni sirven para compensar los vacíos de su gestión", proclamó.