MADRID, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Rey ha recibido hoy las cartas credenciales de los nuevos embajadores de Francia, Canadá, Senegal, Italia, Australia y Grecia, en una ceremonia solemne en el Palacio Real por la que nuestro país les reconoce formalmente como representantes de sus respectivas naciones.
Don Juan Carlos, que sigue caminando apoyándose de dos muletas tras su última operación de cadera de diciembre pasado, se ha mostrado animado a lo largo de las dos horas que ha durado el acto y ha bromeado en varias ocasiones con los periodistas presentes sobre el elevado número de fotografías que le hacían y la hora a la que ha terminado la ceremonia, pasadas las 14.30 horas, cuando ya aparece el "hambre".
Desde las 12.30 horas, el Rey ha ido recibiendo uno a uno y por este orden a los embajadores de Francia, Jérôme Bonnafon; Canadá, Jon Allen; Senegal, Mamadou Deme; Italia, Pietro Sebastiani; Australia, Jane Marie Hardy y Grecia, Franciscos Verros, en la Cámara Oficial del Palacio Real.
Allí cada embajador se ha presentado al monarca y le ha entregado un sobre con la carta credencial en la que las autoridades de su país piden a Don Juan Carlos que reconozca al embajador como su representante en España.
El representante francés ha aprovechado ese momento para reiterarle al Rey la invitación del presidente François Hollande para que le visite en París. Don Juan Carlos tuvo que cancelar por recomendación médica un viaje a Francia que tenía previsto hacer a mediados de noviembre, justo unas semanas antes de que le implantaran una prótesis en su cadera derecha.
Entregada la carta credencial, cada embajador ha presentado a Don Juan Carlos a los principales miembros que le acompañan en la legación. El monarca, acompañado del ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha invitado a continuación al embajador a pasar al Salón del Nuncio para mantener un encuentro de unos 20 minutos con él y el ministro.
La ceremonia de las cartas credenciales es propia de los países con monarquía. En nuestro caso se remonta al siglo XVI. Dos carrozas de gala del siglo XIX tiradas por caballos de raza holandesa han ido recogiendo uno a uno a los embajadores en el Palacio de Santa Cruz, sede histórica del Ministerio de Exteriores, y los han trasladado al Palacio Real.
A su llegada al Patio de Armas del palacio, un destacamento de la Guardia Real ha interpretado el himno nacional del país del embajador en cuestión a modo de recibimiento.
