El sacerdote norirlandés Alec Reid cree que la mesa de partidos logrará un acuerdo de paz "en un año o 18 meses"

Actualizado: lunes, 17 abril 2006 16:17


MADRID, 17 Abr. (EUROPA PRESS) -

El sacerdote norirlandés Alec Reid, que lleva años tratando de acercar posiciones por la paz en el País Vasco, vaticinó hoy que, tras la declaración de alto el fuego permanente por parte de ETA, el proceso se mueve "hacia una mesa de partidos" que podría reunirse en septiembre y alcanzar un acuerdo de paz "en un año o 18 meses".

Además, opinó que cuando se haya alcanzado el acuerdo, "eso será todo" y no se vivirá el mismo proceso de avances y retrocesos que en Irlanda del Norte. Reid, que participó hoy en un debate del Foro de las Nueva Sociedad, dijo que para el mes de junio, después de contactos "discretos", se habrán pactado los detalles técnicos de la mesa de partidos, y que en septiembre podrá reunirse.

Sobre la composición de la mesa, hizo hincapié en que en ella tiene que estar Batasuna, porque "si no, no sería democrática" y se mostró convencido de que para ello se salvará el principal obstáculo, que la formación está ilegalizada. "Creo que el partido socialista quiere, tanto como Batasuna, que (la formación) sea legalizada, porque si no no se puede salir adelante", dijo.

En la situación actual, explicó, tendría que ser el PSOE quien "represente la posición española" y advirtió al PP de que si "no quiere formar parte del diálogo" sus intereses no estarán representados. El sacerdote confió en que si la mesa de partidos sale adelante los populares serán "los mejores pacificadores en la mesa".

"Espero que vengan, creo que vendrán y que ayudarán mucho, en este momento creo que están muy divididos".

A su juicio, una lección del conflicto norirlandés es que "si un partido no quiere hablar ese partido está violando los derechos de los demás", y eso no debe impedir que la mesa siga adelante. Reid desveló que ha intentado hablar con el PP en dos ocasiones, una hace seis meses, y otra hace dos, a través de un hombre del PP que calificó de "un santo". Según dijo, escribió al PP "una carta muy larga" explicando el papel de su orden, los redentoristas, en el proceso, y aún no ha obtenido respuesta aunque, según dijo, hace un par de semanas sí recibió signos de que alguien le respondería.

PAPEL DE LAS VÍCTIMAS

Por otro lado, manifestó que quien no debería estar en la mesa de negociaciones son las asociaciones de víctimas, a menos que se constituyan en partido político, recalcando que las negociaciones de paz deben estar a cargo de los partidos. Eso sí, aseguró que las víctimas, tanto en Irlanda del Norte como en el País Vasco, son la "inspiración" de toda la labor mediadora de los redentoristas. "He pedido tener encuentros regulares con las organizaciones de víctimas, para mantener el contacto", explicó.

En la misma línea, señaló que ETA le dijo hace cuatro años que no quería estar en la mesa de negociaciones, porque admitieron que ellos no son los "portavoces" del pueblo vasco, sino que lo son los partidos.

A su juicio, la de ahora "no es una tregua trampa" y "ETA está preparada" para dejar las armas, a diferencia de en 1998. Añadió que ETA quería iniciar el camino hacia la negociación en 2001, pero lleva tiempo convencer a las bases. Según dijo, esta voluntad de la banda hace más de cuatro años quedaba clara en las "declaraciones de Batasuna" a favor de un proceso político. "No lo habrían dicho si no supieran que ETA estaba de acuerdo", apostilló.

No obstante, en relación a las cartas de extorsión que han recibido tras la declaración de tregua empresarios navarros, sí dijo que ETA debe poner fin a "toda actividad", como hizo el IRA en su último comunicado de julio de 2005.

En cuanto a la exigencia de desarme, negó que deba hacerse inmediatamente, porque "una organización como ETA tiene que dar los pasos uno a uno" y el desarme podrá exigirse "cuando haya indicios reales de que hay un proceso de paz en marcha y un diálogo con todos los partidos". En su opinión, si el desarme se exigiera ahora podría pasar como ocurrió con el IRA a finales de los noventa, "podría crearse una nueva ETA" a cargo de los más jóvenes, "que son los más peligrosos".

Por otro lado, consideró que los atentados islamistas, especialmente el 11-M en Madrid, que dejó 191 muertos, no influyeron en la decisión de ETA de poner fin a los atentados, sino que esa decisión estaba tomada dos años antes. Reid dijo que él supo desde el principio que el atentado no fue obra de ETA, que "no haría algo así, en trenes, sin avisar" y admitió que el atentado fue negativo para quienes defienden "la lucha armada como lo llaman ellos".

USABIAGA, LÍDER REAL DE LA IZQUIERDA

El sacerdote esgrimió la "confidencialidad" cuando se le preguntó por contactos con el Gobierno, pero sí afirmó haber hablado con el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, al que calificó de "muy buen hombre", con Gorka Aguirre (PNV) y con los responsables de Batasuna Arnaldo Otegi y Pernando Barrena. Destacó especialmente al secretario general del sindicato LAB, Rafael Díez Usabiaga, al que calificó de "líder real de la izquierda" y "al mismo nivel como líder político que Gerry Adams".

Valoró el papel de Eusko Alkartasuna, porque escucharon a la izquierda abertzale cuando quiso ir al proceso político. Para Reid, "es extraordinario como en los últimos cinco o seis años la izquierda se ha convertido en la campeona de la política de paz". No olvidó tampoco la contribución del gobierno del PSOE, porque "el Gobierno anterior ni siquiera estaba dispuesto a negociar".

El sacerdote reconoció que el PSOE está en una posición muy complicada porque puede perder votantes si se acerca demasiado a los nacionalistas pero, en su opinión, eso lo entienden "los vascos", que también "tienen que tener mucho cuidado porque no quieren que el PSOE se vaya, el PSOE es su única esperanza". Un pragmatismo similar, dijo, se dará sobre la reivindicación de Navarra, porque "hasta los que más insisten en los derechos territoriales entienden que esto tendrá que ser posterior".

En su opinión, la sociedad española "se pone muy nerviosa ante cualquier desarrollo que pueda afectar a la soberanía y la integridad de España", y eso le pasa también a la "Iglesia española". En cambio, afirmó que la Iglesia vasca ha dado "mucho apoyo", y aprovechó para lanzar un ataque velado a la COPE porque "dice unas cosas bastante raras" y la Iglesia no debería "tomar actitudes políticas".

En cuanto al futuro panorama político en el País Vasco, admitió que es posible que Batasuna se convierta en unos años en el principal partido político "si se convierten en los mejores practicantes de la paz y son eficaces", pero hizo hincapié en que lo importante es precisamente eso, que se alcance la paz, y así lo entiende también el PNV. El mismo no se definió como nacionalista, y dijo que "como cristiano" tiene que "ser neutral".

Reid explicó algunas "lecciones de Irlanda del Norte", como la importancia de "sacar el conflicto de las calles y llevarlo a la mesa de negociaciones", del diálogo entre todos los partidos y de que entre los delegados que participen en las negociaciones haya un "equilibrio" entre hombres y mujeres. Apostó también por la creación de una segunda mesa de sindicatos y organizaciones sociales para promover la justicia social en el País Vasco.

Al acto de Reid acudieron el presidente del Senado, el socialista vasco Javier Rojo; la diputada de EA Begoña Lasagabaster y el coordinador de IU, Gaspar Llamazares. En declaraciones a los periodistas, Rojo no quiso aventurar si se cumplirá el plazo de 18 meses y recordó que el presidente del Gobierno ha hablado de "paciencia" y "recuperar la confianza". Lasagabaster, por su parte, insistió en reclamar la modificación de la ley de partidos, porque "no es un buen instrumento jurídico" y "es el Derecho quien tiene que servir a la sociedad, y no al revés".