Sucesos.- Una mujer de origen chino denuncia a un policía por provocarle un aborto durante un registro en Usera

Actualizado: viernes, 2 noviembre 2007 14:48

MADRID, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -

Una mujer de origen chino, de nombre Xiao Lu, declaró ante el juzgado de instrucción que investiga las denuncias de varios comerciantes chinos contra policías nacionales por robos y amenazas, que uno de estos agentes le provocó un aborto durante un registro en un local de Usera, según informaron fuentes jurídicas y de la Asociación de Comerciantes Chinos consultadas por Europa Press.

Xiao Lu dio a conocer este caso ante los investigadores que se han hecho cargo de las diligencias que se abrieron en marzo a raíz de las denuncias de comerciantes chinos que acusaban a los agentes de robarles el dinero de sus carteras cuando les cacheaban. Los empresarios denunciaron que los policías actuaban de paisano y que los afectados vieron trabajando en Comisaría a los asaltantes cuando acudieron a denunciar.

El presidente de dicha Asociación, Felipe Chen, relató que la joven estaba cenando con su marido en un restaurante chino de la calle Marcelo Usera, en el mes de marzo, cuando se presentaron en el lugar varios agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana del turno de noche para registrar el establecimiento. Los policías comenzaron a pedir la documentación a los comensales y a los propios dueños del local.

Al parecer, una discusión entre el marido de Xiao Lu y uno de los agentes a raíz de la vigencia de la tarjeta de residencia, desencadenó una trifulca entre ambos. La joven sostiene que en esos momentos intentó levantarse de la silla y un funcionario la empujó con violencia y cayó al suelo.

Xiao Lu, embarazada de tres meses, asegura que perdió a su hijo con motivo de la excesiva violencia que utilizaron los agentes para reducirles a ella y a su marido y el estrés que sufrió los siguientes días. La joven pidió ayuda médica y, según ella, los policías no le hicieron caso y la llevaron a Comisaría.

La mujer presentó una denuncia con su correspondiente parte médico y, tanto algunos de los testigos como los dueños del restaurante, respaldaron su versión en los juzgados de la Plaza de Castilla, donde un juez le tomó declaración junto a otros compatriotas, que en esos momentos denunciaban por su parte a los mismos agentes por robos y amenazas.