'The Economist' recuerda que la tregua de 2006 ya fue permanente y cree que el Gobierno no quiere volver a ser humillado

Europa Press Nacional
Actualizado: lunes, 10 enero 2011 21:03

MADRID 10 Ene. (EUROPA PRESS) -

El semanario británico 'The Economist' dice en su información relativa al alto el fuego de ETA que la banda ya calificó como "permanente" la tregua del año 2006 y que nueve meses después colocó una bomba en el aeropuerto de Barajas. Asimismo, analiza el papel actual del Gobierno explicando que "no quiere volver a ser humillado" como en aquel proceso de negociación.

"Las palabras que parecen claras, para otros pueden tomar un significado diferente cuando son pronunciadas por un grupo terrorista responsable de la muertes de más de 800 personas en su campaña de 50 años para una patria independiente vasca. Después de todo, ETA también declaró su último alto el fuego, en marzo de 2006, "permanente". Nueve meses más tarde, una bomba de ETA mató a dos personas en el aeropuerto Barajas de Madrid", recuerda la información titulada "Un alto el fuego permanente, al menos por ahora".

Además, 'The Economist' ve al Gobierno "perplejo", recuerda las palabras de hoy del vicepresidente, Alfredo Pérez Rubalcaba, y tras aludir al proceso de 2006 añade que el Ejecutivo socialista "no quiere ser humillado otra vez".

"¿En cuanto al término 'general'? --se pregunta también 'The Economist'-- la esperanza es que el empleo de este término signifique que además de dejar 'las acciones armadas ofensivas', el grupo (ETA) parará, si no todo, otras actividades criminales en las que suele apoyarse (...) pero ETA lo encontrará sumamente difícil de funcionar sin el dinero de extorsión".

A juicio de esta revista, la palabra clave es "verificable, un término no usado en declaraciones de alto el fuego anteriores". Sin embargo, el artículo se muestra escéptico al decir que nadie "espere que ETA comience a mostrar sus alijos de armas a observadores internacionales".

En ese sentido, explica el uso del término "como una señal de que el grupo espera el reconocimiento internacional, y una invitación a la participación por varios mediadores internacionales que han animado el grupo a dejar las armas en meses recientes (Declaración de Bruselas).

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