SEVILLA, 12 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, propuso hoy "ampliar" la concepción "todavía no evolucionada" que tiene del Estado el nacionalismo, basada en "un especie de tres nacionalidades que forman un club, y luego vendría el resto de España", con el objetivo de trasladar a otros territorios el "estatus" y los "derechos previos que parecieran tener" las comunidades históricas.
En el transcurso de una comida-coloquio en un foro organizado por el Grupo de Comunicación Joly, editor de las principales cabeceras de Andalucía, Touriño abogó por "ampliar" esta "tradición" del nacionalismo, en la que censuró que Cataluña, País Vasco y Galicia "parecieran tener unos derechos que se quieren negar a los demás".
Según expuso en su intervención ante un centenar de representantes de la vida política, económica y cultural andaluza, entre los que estaban el propio mandatario autonómico, Manuel Chaves, los nacionalistas conciben el concepto 'nación' como "un dato inmutable de la historia, predefinido por unas características", cuando, en realidad, no procede de la "voluntad libre de la ciudadanía", sino que "parte de una concepción previa".
Por ello, preguntado por si compartía las declaraciones en las que el portavoz parlamentario del BNG, Carlos Aymerich, consideraba que Galicia "debe ser algo más que Andalucía" en el reconocimiento de su identidad y aspirar "al mismo estatus" que Cataluña y Euskadi, el mandatario declaró que, 25 años después de la promulgación del Estado de las Autonomías, ha habido una evolución por la que territorios como Andalucía pueden "aspirar a definirse como quiere la mayoría de su Parlamento".
En consecuencia, apostó por "visiones más amplias y evolucionadas que esa concepción de fotografía quieta en el tiempo" en la que, según él, "algunos tienen unos derechos que niegan que los demás evolucionen o expresen políticamente".
RESPETO A LA 'REALIDAD NACIONAL' ANDALUZA
En este sentido, recordó que la definición de Andalucía como 'realidad nacional' es el "resultado de una construcción política" consolidada con los años y consideró que "eso debe respetarse". "Al nacionalismo clásico parece que le pone nervioso o que no lo comparte. A mí no", sentenció el presidente, quien, no obstante, dijo "entender todas las posiciones", puesto que "eso es lo bueno de la democracia, el respeto mutuo".
Así, aseguró "respetar la vocación del nacionalismo" y añadió que su única inquietud como presidente son los intentos de "imponer". Con todo, aclaró que, en la reforma del Estatuto gallego, tanto su socio de Gobierno como su partido, el PSdeG, asumen el "punto básico de prescindir" de parte de los postulados de partido para lograr el consenso y de que "una cosa es una posición inicial, que expresa un ideario, y otra el punto de llegada". "Hay un largo trecho", aseveró.
Además, Touriño recalcó que en este proceso, su "preocupación no es el BNG, sino que el PP esté dispuesto a hacer el mismo esfuerzo de generosidad y de renuncia" que los miembros del bipartito para garantizar que la mejora del texto de 1981 sale adelante.
CONTRIBUCIÓN DEL PSdeG
En este marco, el mandatario aprovechó también para reivindicar la contribución de los socialistas a la profundización del autogobierno de la comunidad, por cuanto mientras el nacionalismo no votó el Estatuto hace 25 años, "la derecha se encargó de rebajar sus aspiraciones.
"Si uno mira la historia de este país, verá que al Partido Socialista le tocó siempre estar a la vanguardia de la sensatez y la moderación en las propuestas modernizadoras del Estado", proclamó, tras lo que declaró que "otros llegaron con retraso".
REFORMAS
Así, Touriño dio cuenta de algunas de las reformas que propugna actualmente para mejorar los "déficits" del vigente sistema autonómico, entre las que destacó la necesidad de "revisar" el modelo de financiación para garantizar los recursos necesarios para consolidar servicios públicos de calidad y la convergencia de los territorios menos avanzados, como Andalucía o Galicia.
Además, reclamó el reconocimiento de las diferentes necesidades de gasto en función de los territorios y, en cuanto a los ingresos, abogó por avanzar en la descentralización tributaria, con el objetivo de ceder no sólo la recaudación sobre consumo, sino "más elementos de autonomía fiscal". Asimismo, propuso una "revisión sustancial" del Fondo de Suficiencia, para permitir a todas las autonomías contar con niveles similares en situaciones de igualdad de esfuerzo fiscal.
Por último, el presidente explicó las líneas principales que espera de la reforma estatutaria, y que pasan por la ampliación de los derechos de la ciudadanía, una nueva organización territorial, el refuerzo de la identidad lingüística y cultural, la consolidación de las nuevas bases de autonomía financiera y el reconocimiento de las competencias de Galicia en sus relaciones con el exterior. "Galicia puede ser un referente y un puente de unión para esa España plural", concluyó.