MADRID, 3 May. (EUROPA PRESS) -
El diputado socialista vasco, José María Benegas, advierte que si el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, no se impone, el principal problema no será ETA, sino sectores del nacionalismo vasco que intentarán aprovechar la situación para elevar el listón de las reivindicaciones. Apuesta también por no hacer las mesas de negociación de forma simultánea, sino por lograr primero el "abandono definitivo" de la violencia y después discutir el proyecto político. Para que de esta forma, afirma, "nadie tenga la tentación" de pagar un precio político".
Benegas realiza estas afirmaciones en un artículo que publica en la revista El Siglo, recogido por Europa Press, donde asegura que nunca en los llamados "procesos de paz" que se han conocido dentro y fuera de España "ha habido tantos negociadores, intermediarios, mensajeros, mediadores, correveidiles, asesores, clérigos, consejeros y charlatanes" como en el caso de ETA desde que la estrategia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien califica de "principal artífice de todo cuanto ha ocurrido", "obtuviera su primer éxito" con la declaración de alto el fuego permanente por parte de la banda terrorista ETA.
En este contexto, afirma que "parece como se fuera un desdoro no estar en el núcleo de decisión". Apunta que los diferentes nacionalismos vascos no saben ya qué inventar para "estar" y añaden problemas a un asunto que "tiene un recorrido difícil" y cita expresamente el último Aberri Eguna.
Por ello, considera que "o Imaz se impone o el principal problema del proceso nos será ETA, sino sectores del nacionalismo vasco que tratarán de aprovechar el viaje para levantar los listones de las reivindicaciones políticas en nombre de los llamados 'derechos históricos del pueblo vasco'".
En su opinión y "a la vista" de las declaraciones y el "desprecio a la Constitución de 1978" de que hacen gala "una y otra vez los nacionalistas", apuesta porque los procesos se separen y no haya mesas simultáneas de negociación.
Explica que primero se trata de lograr el abandono definitivo de las vías violentas por parte de ETA y acorar los pormenores del final de la "lucha armada". Añade que después y "sin la coacción de las metralletas", se debe discutir un proyecto político de convivencia para todos los vascos.
"Esta es la mejor metodología para que nadie exija un precio político y también para que nadie tenga la tentación de pagarlo", concluye.