MADRID, 17 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Centro para el Diálogo Humanitario (Center for Humanitarian Dialogue), situado en la ciudad suiza de Ginebra, es la institución que ha realizado las labores de mediación con la banda terrorista ETA para conseguir que esta organización declarara el "alto el fuego permanente" el pasado 22 de marzo, según informaron a Europa Press fuentes de la lucha antiterrorista.
El 'Centre for the Humanitarian Dialogue', con sede en Ginebra, es una red de mediadores en conflictos independiente de cualquier gobierno o institución internacional. Se nutre de personalidades que han desempeñado importantes cargos en distintos campos y mantiene una colaboración abierta con el Ministerio de Asuntos Exteriores noruego.
Su labor de mediación comienza por un análisis detallado de las características del conflicto y el perfil de las personas entre las que tendrán que mediar, según recoge su página web.
Para ello, hace un trabajo de campo que incluye entrevistas con los actores principales del conflicto y cuando finaliza, realiza un informe de carácter interno y, a partir de él, el órgano de dirección del Centro decide si se compromete a realizar labores de mediación. También tiene por norma ser mediador único y se retira en el caso de que detecte otras labores en este sentido.
MEDIACION EN VARIOS CONFLICTOS EN ASIA Y AFRICA
En estos momentos mantiene una mediación pública en ocho conflictos internacionales, principalmente en Asia, con los problemas en Filipinas con las guerrillas, en la provincia indonesia de Aceh o en Nepal, al igual que en Africa, concretamente en Sudán y Uganda.
El Centro para el Diálogo Humanitario tiene varias fuentes de financiación, situándose en primer lugar el Estado noruego (31,04 por ciento) y el Suizo (25,19). Otros países que colaboran en menor medida son Reino Unido, Suecia, Canadá o Dinamarca. También organismos dependientes de Naciones Unidas, como el de Ayuda a los Refugiados, el Programa de Ayuda al Desarrollo y otros como la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional. España ni, ninguna de sus instituciones u organizaciones financian este Centro.
El Centro está dirigido por el británico Martin Griffiths, un diplomático con estudios de Derecho que ha pasado por UNICEF y otros organismos de Naciones Unidas, un perfil que se repite en los cargos de responsabilidad del Centro.
Las fuentes consultadas explicaron que la intervención de esta institución fue facilitada por un miembro del Gobierno suizo y su labor ha contribuido a allanar el camino hasta alcanzar el "alto el fuego permanente".
NUCLEO DURO EN TORNO A JOSU TERNERA
Las mismas fuentes apuntan que los encuentros con los enviados de ETA, entre ellos Josu Ternera y otras personas, la mayoría antiguos miembros de la banda, que han formado un núcleo duro en torno a este, se habrían celebrado no sólo en la capital suiza, sino también en Zúrich y otras localidades de Suiza, así como en Noruega.
El Centro para el Diálogo Humanitario se habría encargado de facilitar el desplazamiento de los intervinientes y los lugares de reunión, con el fin de garantizar la confidencialidad y evitar que trascendiera la más mínima información al respecto.
El contacto con el Centro para el Diálogo Humanitario se produjo con posterioridad a los primeros mensajes que hizo llegar la banda terrorista ETA al Gobierno, con su intención de dialogar. Estos primeros mensajes llegaron a lo largo del mes de mayo de 2004 a través de un contacto entre personas relevantes de la izquierda abertzale y del Partido Socialista.
La reacción del Ejecutivo fue de cautela y, como la oferta era verbal, reclamaron que lo que se les estaba proponiendo se realizara por escrito. Unos meses después, la banda terrorista ETA le hacía llegar a Zapatero una carta con sus propuestas.
Esto se produjo el 23 de agosto de 2004. Las fuentes consultadas explicaron que la misiva llegó a través de un alto cargo de la Iglesia francesa, el cardenal Roger Etxegaray, quien nació en el País Vasco francés. Un hombre que ya ha mediado, como enviado papal, en otros grandes conflictos.
Esta, según las fuentes consultadas, fue la primera, pero no la última carta que recibió Zapatero del mundo de ETA. A lo largo de este periodo ha recibido otras, que han contribuido a completar la información que el presidente ha obtenido también por otras fuentes. Según afirmó él mismo, sus datos provienen de los servicios del Estado, pero también de "instituciones y personalidades" que han jugado un papel "relevante" y pueden seguir jugándolo.
Este proceso ha estado arropado también por la colaboración de otras personas y otros países. Además de la ya conocida intervención del sacerdote irlandés Alec Reig, el Reino Unido también ha facilitado, en la medida de sus posibilidades, las cosas al Gobierno español. Según fuentes del Ejecutivo, tras una conversación de Zapatero con Blair, acudieron a Inglaterra expertos españoles con el fin de conocer la experiencia de los que participaron en el proceso para finalizar la actividad del IRA.