MADRID, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Nacional aplazó hasta el próximo día 24 el juicio que comenzó hoy a celebrarse contra el etarra Gregorio Vicario Setién por su participación en mayo de 1995 en el secuestro de José María Aldaya, al no poder asistir el empresario vasco a la vista oral al haberse sometido a una operación quirúrgica hace unos días. La declaración de Aldaya se realizará por videoconferencia, puesto que su recuperación le impide realizar desplazamientos largos.
El etarra Vicario Setién, para quien el fiscal Ignacio Gordillo pide 17 años de cárcel por un delito de detención ilegal, se negó a contestar a las preguntas del fiscal y del tribunal. Tampoco declaró en los otros dos juicios a los que se enfrentó por la colocación de dos coches bomba en Barcelona, donde se limitó a reconocer su pertenencia a la organización terrorista ETA, de la que, según dijo, está "orgulloso".
En el juicio por el secuestro de Aldaya testificaron los miembros de ETA Francisco José Ramada y Sagrario Yoldi, quienes aseguraron que no reconocían a Vicario Setién, a pesar de que éste les saludó con el puño en alto nada más que entraron en la sala. Ambos manifestaron al tribunal que no recordaban "nada" de los hechos por los que ya fueron condenados y aseguraron que saludaron al acusado al igual que hacen con el resto de "presos políticos vascos".
También compareció un miembro de la Guardia Civil que ratificó el informe que realizó a partir de unos documentos que le fueron remitidos tras la desarticulación del "comando Donosti", en los que se hacía referencia al secuestro del empresario vasco, que fue liberado el 14 de abril de 1996, en el Alto de Azcárate, en Elgoibar (Guipúzcoa).
Según el escrito de acusación del fiscal, el secuestro se llevó a cabo cuando Aldaya, propietario de la empresa Alditrans, regresaba de tomar unas consumiciones con otro trabajador en el Hotel Urdanibia de Fuenterrabía (Guipúzcoa). Vicario Setién y los otros dos terroristas le amenazaron con pistolas y le obligaron a subirse a su coche, poniéndole después una capucha y una inyección en el brazo.
Durante su cautiverio, Aldaya fue retenido por Vicario Setién en un habitáculo de tres metros y medio de largo, un metro de ancho y dos de alto. El secuestro fue reivindicado por ETA mediante una llamada al diario Egin del 25 de mayo de 1995. Para su liberación, la banda armada pidió una cuantiosa suma de dinero no determinada, pero no inferior a 150 millones de pesetas (901.518 euros).
COLOCACIÓN DE COCHES-BOMBA
Por otro lado, el fiscal Gordillo pidió al tribunal que condene a Setién a 27 años de prisión, al quedar acreditado que intervino en la colocación de dos coches bomba en Barcelona, uno en el aparcamiento de la estación de Sants y otro preparado para atentar a un militar residente en la capital condal.
En sendos juicios comparecieron como testigos los también integrantes del "comando de Barcelona" Felipe San Epifanio y Rosario Ezquerra Pérez, quienes manifestaron que no recordaban los hechos, aunque sí señalaron que Setién no se encontraba junto a ellos cuando colocaron los dos coches bomba en diciembre de 1993 y febrero de 1996.
En el juicio por el atentado frustrado contra un militar residente en Barcelona, el fiscal pidió a la Sala una condena de 8 años de prisión, al considerar que existe "suficiente" prueba de cargo contra el procesado por un delito de atentado en grado de tentativa. El fiscal aludió a las declaraciones policiales de sus compañeros de comando para corroborar su participación en los hechos.
En cuanto a la colocación del coche-bomba en la estación de Sants, el fiscal solicitó a la Sala que le condene a 19 años de prisión por utilización ilegítima de vehículo a motor, sustracción de placas de matrícula y terrorismo, al entender que ha quedado demostrado su participación en estos hechos, que calificó de "enorme gravedad" al pretender alcanzar a "un gran número de personas".