MALAGA, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -
El hombre acusado de matar a otro en una disputa ocurrida a causa del alcohol en el parque de Andalucía de la localidad malagueña de Vélez-Málaga reconoció hoy ante el jurado popular que apuñaló a la víctima con su cuchillo, aunque apuntó que no fue su intención y que lo hizo bajo los efectos del alcohol y los fármacos antidepresivos. Además, expresó su arrepentimiento, al afirmar que "nunca quise matar a José María, que no se lo merecía".
Los hechos sucedieron el día 1 de noviembre de 2005 cuando el acusado, A.B.A. alias 'El Chacho' estaba en dicho lugar junto con otras personas, entre las que estaba la víctima, alias 'El Varilla', a la que conocía y con quien comenzó a discutir a causa de que ambos habían bebido alcohol, tras lo que sacó del pantalón un cuchillo con una hoja de 15,5 centímetros y le asestó una puñalada en el pecho, que le causó la muerte, al afectar a órganos vitales.
La Fiscalía de Málaga solicitaba inicialmente una pena de 13 años de prisión, aunque modificó sus conclusiones definitivas y pidió la pena de 10 años de cárcel por el reconocimiento de los hechos y el arrepentimiento por parte del acusado. La defensa se adhirió a esta petición, haciendo especial hincapié en la incidencia del alcohol; por lo que el juicio ha quedado pendiente del veredicto del jurado, que se reunirá mañana para deliberar.
El acusado explicó que hubo una discusión en la que la víctima le dijo que esa noche iban a ajustar cuentas. En ese momento, "saqué el cuchillo y alargué la mano", dijo el procesado, quien indicó que no supo si le había dado o no; "de hecho --añadió-- volví al sitio luego para seguir bebiendo". Insistió en que cometió este crimen "con la borrachera y los psicotrópicos" y tras haber mantenido una pelea con la víctima.
Asimismo, justificó el que siempre haya llevado un cuchillo en que "soy de etnia gitana y allí han matado a amigos míos. De hecho, tenemos muchos enemigos". "En Vélez debo llevar cuchillo, quiera o no", apuntó el acusado, quien manifestó que "en ningún momento pensé que le había matado".
A preguntas de su abogado, dijo que bebe alcohol desde los ocho años y que padece alcoholismo crónico; además de que ha estado en varias ocasiones en tratamiento psiquiátrico y de desintoxicación en el Centro Provincial de Drogodependencia. Reiteró que la noche de los hechos, estuvo todo el día tomando cerveza, anís y otras bebidas alcohólicas; y que ingirió las pastillas que tenía recetadas.
No obstante, los forenses que le analizaron tras la detención concluyeron que a pesar de ser politoxicómano en ese momento "no presentaba alteración alguna" y "sabía lo que estaba haciendo y distinguía entre el bien y el mal". Así, explicaron que para que fuera inimputable "la borrachera tendría que ser tal que no podría haber cometido el acto, porque no hubiera podido mantenerse en pie".
Para la fiscal del caso, se trata de una acción "injustificada" y el acusado era en todo momento "dueño de sus actos", estando en una posición "dominante" respecto a la víctima y actuando "con sangre fría". Por su parte, la defensa, aunque calificó el hecho de "lamentable" incidió en que se produjo a consecuencia de la ingesta de alcohol.
