Dice tener el respaldo de los madrileños para ganar la Alcaldía de Madrid, y cree que hay consenso en que Gallardón es muy mal gestor
MADRID, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -
La portavoz del Grupo Municipal Socialista en la Alcaldía de Madrid, Trinidad Jiménez, asegura que "a estas alturas" no está en condiciones de pedir la paralización de las obras de la M-30, aunque eso hubiera sido la consecuencia "inmediata" tras conocerse la decisión de Bruselas.
"Pero sí pedimos que, al menos, las obras que todavía no se han iniciado y que están por empezar, que sean obras que sí que tengan esa evaluación de impacto medioambiental para que se minimicen los efectos negativos que está causando en el conjunto de las obras. Queda mucho por hacer", apostilló.
En entrevista concedida a Europa Press, la portavoz socialista en el Ayuntamiento madrileño constató que "toda la ciudad está completamente levantada", y que las obras de la M-30 tienen una enorme envergadura. "Hay zonas en las que todavía, si se tomaran las medidas adecuadas y necesarias, se garantizaría al menos que el impacto medioambiental de las mismas sería mucho menor de lo que está ocurriendo ahora", advirtió.
RESPALDO DE LOS MADRILEÑOS
Trinidad Jiménez dijo asimismo que se siente con el apoyo de los madrileños para vencer en las elecciones municipales que se celebrarán en mayo de 2007. "Me siento con el respaldo y apoyo de los ciudadanos, desde luego que sí. Las encuestas ya me dan la razón en ese sentido", señaló Jiménez. A su juicio, el actual alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, ha conseguido concitar en estos tres últimos años un "enorme consenso sobre todo en su condición de mal gestor".
"No he visto nunca un alcalde perder tanto crédito en su gestión. Ha tenido a los madrileños permanentemente sufriendo obras, problemas de atascos, contaminación, tala de árboles, etcétera", añadió.
Jiménez desveló que esta semana ha hablado con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pero únicamente para comentar el cambio que se ha producido en el Ejecutivo central. "En lo relativo a la Alcaldía de Madrid, es una cuestión que tendremos que decidir dentro del Partido Socialista en el mes de septiembre u octubre, cuando está previsto que se elijan los candidatos autonómicos y municipales", dijo.
Respecto a la posibilidad de que surja algún nombre nuevo a la alcaldía, como sucedió con el de José Bono tras dimitir en Defensa, dejó claro que Zapatero sabe que ella está desempeñando su labor al frente del Grupo Municipal Socialista con toda su "dedicación, pasión e ilusión", con el objetivo de que el PSOE se convierta en una alternativa de gobierno en la Alcaldía de Madrid.
PLENA DISPOSICIÓN A ENCABEZAR LA CANDIDATURA
"Lo estamos consiguiendo, y a partir de este momento tengo mi plena disposición para volver a encabezar la candidatura de Madrid. Pero, insisto, es una decisión que no me concierne a mí en solitario. Es una decisión que se tomará en el seno de mi partido teniendo en cuenta quiénes son los candidatos y quién es el que está en mejores condiciones de competir para ganar las elecciones en Madrid", precisó.
Preguntada por el hecho de que hable de candidatos en plural, subrayó que es "muy respetuosa" con las decisiones que se tienen que tomar dentro de su partido. "Hasta que no se abra el período de elección de candidatos, no debo pronunciarse sobre quién va a ser o no va a ser. Yo muestro mi disposición y digo que estaría encantada de volver a encabezar la candidatura pero, insisto, es una decisión que concierne a todo un partido", hizo hincapié.
Asimismo, indicó que ya está elaborando con el resto de responsables del partido el programa electoral para los comicios de dentro de un año. "Nos presentamos en 2003 con un programa muy bueno (...) pero ahora tenemos que tratar de adaptarlo para conseguir que la ciudadanía se adhiera a un proyecto colectivo cargado de ilusión", estimó.
La responsable socialista negó que le moleste la aparición de candidatos para encabezar el cartel electoral en la capital, ya que siempre le citan dentro de "esas candidaturas de primer nivel" y consideró "absurdo" abrir el proceso de selección del candidato un año antes de las elecciones. Ello implicaría, a su juicio, que el Grupo socialista y el candidato elegido se dedicasen a hacer "campaña electoral" y no el trabajo de oposición para el que fueron elegidos en 2003.
