El TS confirma la condena de 32 años de cárcel para dos británicos por matar a un hombre en Jávea (Alicante) en 2006

Actualizado: miércoles, 23 marzo 2011 17:31

ALICANTE, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -

La sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha desestimado el recurso interpuesto contra la sentencia emitida por la sección primera de la Audiencia Provincial de Alicante, que condenaba a dos hombres de nacionalidad británica a una pena de 16 años de prisión para cada uno por matar a otro hombre, en junio de 2006, cuando fueron a comprobar si éste se encontraba en el interior de una vivienda en Jávea (Alicante), propiedad de una mujer con la que había convivido.

La confirmación de la sentencia supone que, además, Adrian S.M. y a Lindsay G.F., deberán indemnizar a la familia del fallecido con 60.000 euros. Asimismo, el fallo del Supremo ratifica la decisión de la Audiencia, que condenó a Bridget E.S. a un año y nueve meses de prisión por un delito de encubrimiento y absolvió a la dueña de la vivienda en la que sucedieron los hechos.

La acusación particular plantea en su recurso que la absolución de la dueña de la vivienda, y ex pareja del fallecido, "no resulta ajustada a Derecho", puesto que considera que su conducta se corresponde "sin duda alguna" con un delito de "encubrimiento o falso testimonio" y que fue autora de delito de asesinato por inducción.

Sin embargo, el Supremo desestima las pretensiones de la acusación particular al entender suficiente la argumentación realizada por la Audiencia en su sentencia para absolver a esta mujer de los delitos de los que era acusada.

Asimismo, el TS rechaza que hubiera ensañamiento en la conducta de Lindsay G.F. y Adrian S.M., y que el segundo actuara en legítima defensa y bajo un estado de "miedo insuperable", puesto que considera que, si bien se produjo una primera reyerta entre estos dos acusados y el fallecido, el finado fue trasladado en el maletero de un coche fuera del lugar de la pelea, "inconsciente o casi inconsciente", para, en mitad del trayecto, ser golpeado con un objeto contundente en la parte trasera de la cabeza por Adrian S.M., golpe que causó su muerte.

En este sentido, el alto tribunal considera que de los hechos probados "nada permite inferir que esa muerte no fuera dolosa" y que se actuara en legítima defensa, dado el distanciamiento temporal entre la reyerta y el momento en el que se produce la muerte, y la situación de inconsciencia del perjudicado.

Por otro lado, la sala también ha desestimado el recurso presentado por Adrian S.M. en el que argumentaba que se había vulnerado su derecho a la presunción de inocencia. Así, el Supremo entiende que "ha sido desvirtuada la presunción de inocencia respecto de su intervención material en la muerte del perjudicado", puesto que "los medios probatorios evaluados por la Audiencia han sido obtenidos y aportados al proceso sin infracción alguna, y porque no es de apreciar irracionalidad en la argumentación del tribunal a quo".

LOS HECHOS

Los hechos sucedieron en junio de 2006 cuando una limpiadora doméstica avisó por teléfono a la dueña de la vivienda en la que se produjo el suceso, que se encontraba en Alemania, para decirle que la casa estaba ocupada por alguna persona y que las cerraduras del inmueble estaban rotas.

Tras conocer esto, la dueña de la vivienda contactó con Adrian S.M. y Bridget E.S. para que examinaran la casa, acción a la que se sumó Lindsay G.F..

Así, el 11 de junio de 2006 acudieron los tres a la vivienda, permaneciendo fuera de ella Bridget E.S., en el interior de un coche, mientras Adrian S.M y a Lindsay G.F. entraban en la casa donde encontraron a la víctima, momento en el que se produjo una reyerta en la que le propinaron varios golpes y que terminó con la pérdida de conciencia del perjudicado.

Adrian S.M. y a Lindsay G.F., al pensar que habían matado al fallecido, lo envolvieron en una manta y lo metieron en el maletero del coche del segundo para ocultar el cuerpo.

Una vez en el coche, Adrian S.M. y a Lindsay G.F. escucharon gemidos, por lo que detuvieron el vehículo y sacaron del maletero al perjudicado, momento en el que Adrian S.M. dio un fuerte golpe con un objeto contundente en la cabeza del fallecido, que provocó la muerte instantánea de este.

Después de esto, metieron al finado en el maletero y lo depositaron en un basurero, en el que permaneció hasta que un hombre lo encontró.