"Txapote" y "Amaia" mantienen una actitud desafiante hacia el público en el juicio por la muerte de Miguel Ángel Blanco

Europa Press Nacional
Actualizado: lunes, 19 junio 2006 18:47

MADRID, 19 Jun. (EUROPA PRESS) -

El ex dirigente etarra Francisco Javier García Gaztelu, alias 'Txapote' y su compañera sentimental y también miembro de ETA Irantzu Gallastegi, alias 'Amaia', mantuvieron hoy una actitud desafiante hacia el público que presenció la primera sesión del juicio contra ellos por el secuestro y posterior asesinato el 12 de julio de 1997 del concejal del PP en Ermua Miguel Angel Blanco. Ambos procesados, que permanecieron durante toda la vista oral charlando entre ellos, se negaron a declarar a las preguntas del fiscal Miguel Ángel Carballo, quien pide una condena de 50 años de cárcel para cada uno de ellos por los delitos de secuestro y asesinato terrorista

La primera sesión del juicio, que concluirá el próximo miércoles, contó con una gran afluencia de público en la sala. Entre los asistentes, destacó la presencia de familiares del edil asesinado, representantes de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) y de Dignidad y Justicia, el alcalde de Ermua, el socialista Carlos Totorika, el secretario de Libertades Públicas, Seguridad y Justicia del PP, Ignacio Astarloa y el presidente del Foro de Ermua, Mikel Buesa.

Al concluir el juicio, varios de los asistentes que se encontraban en la sala se enfrentaron verbalmente a los procesados, quienes les respondieron con una actitud desafiante sin pronunciar palabra. A continuación, familiares de Miguel Ángel Blanco se pusieron de pie mirando hacia los acusados y luciendo una camiseta con una imagen del edil popular que decía: "Condena completa para sus asesinos".

Al igual que hiciesen la pasada semana en el juicio por el asesinato del concejal popular José Luis Caso, "Txapote" y Gallastegi estuvieron durante todo el juicio charlando entre ellos y lanzando gestos de ánimo hacia sus familiares, lo que provocó en varias ocasiones la indignación del público que se encontraba junto a éstos. Tan sólo se limitaron a prestar atención cuando declararon como testigos los etarras condenados Ibon Muñoa Arizmendarrieta, Kepa Echevarría Sagarzazu, Sebastián Lasa y Gregorio Escudero.

"NUNCA" RECIBIÓ AMENAZAS DE ETA

La primera en declarar como testigo ante el tribunal fue la madre del concejal asesinado. Consuelo Garrido explicó que el 10 de julio de 1997 su hijo cogió el tren después de comer en casa para regresar a su trabajo. "Horas más tarde, comenzaron las llamadas preguntando por él y yo respondía que mi hijo estaba trabajando. Nadie decía nada", relató emocionada.

"Las llamadas continuaban y fue entonces cuando la secretaria de Jaime Mayor Oreja me llamó y me comunicó que le habían secuestrado. Me derrumbé y empecé a llamar a todos los hospitales", señaló Consuelo, que aseguró que "nunca" recibieron amenazas de la organización terrorista. La madre de Miguel Ángel Blanco reconoció que se encuentra bajo tratamiento psicológico y su hija, Marimar Blanco, "tendrá que empezar".

También testificó la persona que localizó el cuerpo del concejal, aún con vida, en un campo cercano a Lasarte (Guipúzcoa). El testigo explicó que vio "el cuerpo tirado boca abajo y se acercó para comprobar si seguía con vida". Al ver que todavía respiraba, llamó a la ambulancia. Uno de los sanitarios de la Cruz Roja que asistió a Blanco señaló que cuando llegaron al lugar "estaba inconsciente". "Tenía las manos atadas y le pusimos oxígeno. Le trasladamos a un lugar más accesible para la ambulancia", apuntó.

TAMBIÉN SE NIEGAN A DECLARAR

Durante su comparecencia, el etarra Ibon Muñoa Arizmendarrieta aseguró que las declaraciones que efectuó en sede policial y judicial tras ser detenido fueron realizadas bajo amenazas y afirmó que no las recordaba. En ellas, reconoció entonces que "Txapote" y "Amaia", a quienes acogió en su casa en varias ocasiones, le confirmaron su autoría en el asesinato de Blanco. El fiscal solicitó al tribunal la lectura de esas manifestaciones ante "la falta de memoria" del testigo.

También compareció como testigo el miembro de ETA condenado Kepa Echevarría, a quien "Txapote" entregó el arma con la que asesinó al edil y que posteriormente sería utilizada en el atentado frustrado contra el funcionario de prisiones Juan José Baeza en Rentería. Echevarría se negó a declarar y la presidenta de la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional, Manuela Fernández, le llamó la atención por lanzar gestos hacia los procesados, que se encontraban dentro de una mampara blindado.

El también miembro de ETA Sebastián Lasa, que entró en la sala con el puño en alto en apoyo a "Txapote" y "Amaia", se negó a declarar a las preguntas del fiscal, quien reclamó entonces que constase en acta la desobediencia del testigo. "Me comporto como quiere", replicó Lasa, a quien los acusados le entregaron otra pistola para ser utilizada en otros atentados cometidos por la banda armada.

El etarra Gregorio Escudero entró en la sala para declarar con una actitud chulesca, lo que ocasionó que la presidenta del tribunal le pidiese que se comportase como testigo o se fuera. Escudero, a quien también los acusados le confesaron su autoría en la muerte del edil, se negó a declarar.

APOYO A LA FAMILIA

Al tiempo que se desarrollaba la vista oral, los manifestantes que se concentraban a las puertas de la Audiencia Nacional corearon consignas a favor de la familia del edil y del ex fiscal jefe de la Audiencia Nacional Eduardo Fungairiño y contra el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, del que pidieron su dimisión. Varios de los manifestantes profirieron gritos contra algunos de los medios que se encontraban cubriendo la información, incluso obligaron a interrumpir el directo de algunos de ellos.

Antes de comenzar el juicio, uno de los momentos de mayor tensión se vivió cuando una de las furgonetas que la Guardia Civil utiliza para el traslado de presos llegó al lugar y los manifestantes corearon 'asesinos asesinos'. Antes, habían colocado en la esquina de la calle García Gutiérrez con Génova una foto de gran tamaño de Miguel Angel Blanco, en una pancarta en la que también se podía leer 'justicia = paz' y 'negociación, no'. Frente a ella se colocaron decenas de velas rojas.

Entre los manifestantes, había un grupo de portaban paraguas del Foro de Ermua, otros llevaban camisetas con fotos de Miguel Angel Blanco y se pudieron ver un gran número de banderas españolas. La página web del Ayuntamiento de Madrid advertía en su sección de 'movilidad' que la concentración no estaba autorizada.

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