"Txapote", juzgado esposado y custodiado tras negarse a declarar por el atentado contra la discoteca "Txitxarro"

Europa Press Nacional
Actualizado: martes, 25 julio 2006 18:10

MADRID, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -

El dirigente etarra Francisco Javier García Gaztelu, "Txapote", y los presuntos miembros de ETA Aitor Aguirrebarrena Beldarrain y Asier Arzalluz Goñi se negaron hoy a declarar durante el juicio que la Audiencia Nacional celebró contra ellos por el atentado contra la discoteca Txitxarro de Deba (Guipúzcoa), cometido en septiembre de 2000, al no aceptar al tribunal que les juzga y no querer "formar parte de este teatro", en palabras de "Txapote" y Arzalluz.

Ante la negativa de García Gaztelu a contestar a las preguntas del fiscal Jesús Alonso, el presidente de la Sección Tercera de lo Penal de esta sede judicial, Alfonso Guevara, ordenó a la fuerza pública intervenir y esposar a los acusados, que permanecieron durante el resto de la vista oral custodiados por tres policías, pese a que esto no les impidió estar conversando entre ellos, ignorando al tribunal.

A diferencia de los anteriores juicios contra García Gaztelu, la vista de hoy se desarrolló con cierta normalidad hasta que el etarra José Ignacio Guridi Lasa, condenado, entre otras causas, a 30 años por asesinar al periodista de "El Mundo" José María Lacalle, entró en la sala para declarar sobre este atentado y se sentó de rodillas, dando la espalda al tribunal.

Tras recordarle el fiscal su obligación a declarar como testigo, dos policías, un hombre y una mujer, le obligaron a levantarse y le mantuvieron sujeto durante toda la declaración, aunque éste no pronunció palabra. Sí hablo en dependencias policiales tras ser detenido en febrero de 2001 cuando se dirigía a Ordicia a cometer otro atentado junto a sus compañeros del "comando Ttotto".

Fue entonces cuando reconoció su participación en este atentado, siguiendo órdenes de "Txapote", quien marcaba los objetivos del comando y facilitaba los explosivos para la comisión de los atentados. Según su declaración, García Gaztelu le captó, le pidió que crease un comando para cometer atentados y le ordenó atentar contra el citado local. Tanto el instructor como el secretario que participaron en su día en su toma de declaración ratificaron esta mañana que se realizó de manera libre y voluntaria bajo la asistencia de su letrado.

"VALENTÍA DE LA FAMILIA KORTA"

En su informe, el representante del Ministerio Fiscal pidió al tribunal, que dedujo dos testimonio contra la defensa de los procesados por "imputación de un delito de torturas y otro de amenazas", que condene a cada uno de ellos a 44 años de cárcel, al quedar acreditado "sin la más mínima duda" su participación en el atentado contra la discoteca Txitxarro, propiedad de Narciso Korta Uranga, que pretendía "causar o dañar a las personas que se encontraban en su interior".

El fiscal Alonso aseveró que el atentado, constitutivo de dos delitos de detención ilegal y otro de estragos, "fue un acto de venganza por la valentía de la familia de José María korta de no guardar silencio" tras el asesinato del que fuera presidente de la patronal guipuzcoana, a quien la banda armada le arrebató la vida un mes y dos días antes de volar la discoteca Txitxarro, ubicada en la ladera del alto de Itziar.

Preguntado por el fiscal por el motivo de atentar contra este local, Narciso Korta afirmó: Está muy claro". "Yo creo que fue una venganza tras el asesinato de mi hermano. Matar y callar", aseveró el propietario de Txitxarro, quien junto a su familia días después del asesinato de su hermano acudió al Ayuntamiento de Deba para plantar cara a los concejales de Batasuna.

Asimismo, Narciso, que el día del atentado se encontraba en Santander, aseguró que ETA nunca le había "pedido nada" porque, según dijo, "no somos gente adinerada". También señaló que sería "justo que alguien pague lo que se hizo", puesto que la magnitud de la explosión causó cuantiosos daños contra el lugar, que tuvo que ser demolido por el riesgo de derrumbe del edificio, cuya estructura era de Hormigón armado y acero. La perito que realizó la tasación del edificio afirmó que "el destrozo fue de siniestro total porque no se podía garantizar la estabilidad del inmueble".

MANIATADOS

Los empleados que fueron secuestrados y maniatados a un árbol por los terroristas en un pinar próximo al establecimiento manifestaron en el juicio, que quedó visto para sentencia, cómo estos les amenazaron con unas pistolas tras identificarse como miembros de ETA y cómo les llevaron hacia un pinar, donde les ataron las manos fuertemente con cinta aislante a un árbol.

"Lo estaba pasando mal porque me estaba mareando por el dolor que tenía en las muñecas", relató la mujer, quien aseguró que en esos momentos temía por la vida de sus hijos, ya que estos solían acudir a la discoteca para ayudar a su padres en la limpieza del local. Por su parte, su marido relató que estaban limpiando un rincón de la discoteca, cuando dos hombres encapuchados se acercaron a ellos y les dijeron que iban a volar la sala. Seguidamente, les llevaron en su propio coche a dicho pinar, donde les dijeron que avisarían a la Ertzaintza y a la Cruz Roja para que fuesen liberados.

En la sesión, comparecieron como testigo varios agentes de la Ertzaintza que intervinieron en la detención de Guridi Lasa cuando se disponía a atentar contra el Centro de Internamiento de menores de Zumárraga, así como los ertzainas que participaron en su toma de declaración y en el registro de su domicilio.

En este lugar se localizó una palangana con restos del explosivo Titadine, el que utiliza habitualmente la banda armada, restos de cordones detonadores, varias pistolas, placas de matrícula, munición del calibre 38 y documentación falsa, entre la que se encontraba un carné de prensa.

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