ESTRASBURGO, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los cuatro candidatos a la presidencia de la Eurocámara --el democristiano alemán Hans-Gert Poettering, la verde italiana Mónica Frassoni, el francés Francis Wurtz, de Izquierda Unitaria, y el euroescéptico danés Jens-Peter Bonde-- presentaron hoy ante el pleno durante cinco minutos su programa para los próximos dos años y medio.
A continuación, los eurodiputados procedieron a la votación secreta en ocho urnas distribuidas en diferentes puntos del hemiciclo, que duró algo más de media hora. En estos momentos se está llevando a cabo el escrutinio de las papeletas y a las 12:00 horas se reanudará la sesión para dar a conocer el resultado. El candidato que obtenga la mayoría absoluta será considerado ganador. Si ninguno la logra, se votará de nuevo.
La sesión matinal estuvo presidida por el parlamentario de mayor edad de la cámara, el socialista italiano Giovanni Berlinger, que dio la palabra a los cuatro candidatos. Poettering, que tiene garantizada su elección como nuevo presidente en sustitución de Josep Borrell gracias al 'acuerdo técnico' entre populares y socialistas para repartirse las dos mitades de la legislatura, recordó su larga trayectoria en el Parlamento Europeo, donde ha trabajado desde que en 1979 se celebraron las primeras elecciones directas, y su actividad en diferentes comisiones parlamentarias y como líder del grupo popular desde 1999, como garantías de que sabrá estar a la altura de su cargo.
Destacó que su principal objetivo al frente de la Eurocámara será seguir trabajando por la "unidad del continente Europeo" y por lograr una mayor implicación de los ciudadanos en las tareas de la UE. Para ello, admitió la necesidad de "reformas", y dijo que hará lo posible para que se conserve la "sustancia" de la Constitución Europea, bloqueada por el 'no' en los referendos de Francia y Países Bajos.
El democristiano alemán recalcó además que trabajará por "el diálogo entre culturas, en particular con el mundo árabe e islámico" y que defenderá los Derechos Humanos, recordando en particular los casos de Chechenia y de la prisión estadounidense de Guantánamo, que "no es compatible con el sistema europeo". Asimismo, se comprometió a trabajar con los parlamentos nacionales y regionales e incluso con los Ayuntamientos.
El programa que suscitó un mayor aplauso de los parlamentarios fue sin embargo el de la copresidenta del grupo Verde, Monica Frassoni, que se dirigió al pleno en cinco lenguas de la UE: italiano, francés, inglés, español y alemán.
"En un mundo en el que hasta la Comisión y algunos Estados miembros toleran que las violaciones de los derechos individuales y colectivos sean moneda de cambio en el ámbito económico, del control de los recursos y de la lucha contra el terrorismo, el Parlamento Europeo y su presidente deben continuar dando voz y legitimidad a todos aquellos que no pueden hablar libremente, y denunciar públicamente verdades incómodas, como ya hizo en Chechenia, China, los vuelos de la CIA, Guantánamo, Cuba y muchísimos otros temas", dijo Frassoni en la parte de su discurso en castellano, la más celebrada.
La eurodiputada italiana insistió en que el presidente del Parlamento deberá defender los derechos de la cámara, por ejemplo su participación en el debate sobre el Tratado constitucional, y su independencia respecto a los Estados miembros y a los grupos de presión. También reclamó un debate sobre el establecimiento de una sede única de la Eurocámara en Bruselas en lugar de las tres actuales (también Estrasburgo y Luxemburgo) para dar "credibilidad" a la institución y evitar que se convierta en un "lugar de obediencia".
El líder de Izquierda Unitaria defendió un proyecto político "claramente diferenciado" del de Poettering, aunque alabó la "lealtad" y "colaboración" del alemán. Wurtz recalcó que su candidatura representa "una visión alternativa a la Europa liberal", que incluye cinco dimensiones: social, ecológica, solidaria, democrática y global.
Finalmente, el euroescéptico Bonde insistió también en la necesidad de encontrar una solución sobre la sede de la Eurocámara y mejorar la organización interna del Parlamento, dando una mejor representación a las minorías, especialmente a los euroescépticos. "La democracia se juzga por cómo se trata a las minorías", dijo. También reclamó que los debates se centren en cuestiones políticas y no en las técnicas, y que el presidente se desvincule de su grupo político y no vote.
