MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno español espera que los Veintisiete firmarán el Tratado de Reforma durante el consejo informal de Lisboa entre mañana y el viernes, pero insiste en que no se deje para más adelante la aprobación sobre el reparto de escaños en el Parlamento Europeo que corresponde a cada país, tal como reclama Italia, que no está satisfecha con la distribución propuesta.
La aprobación del texto del nuevo Tratado de Reforma será "el tema más relevante" de esta reunión de jefes de Estado y de Gobierno será sin duda el Tratado de Reforma, admitió el secretario de Estado de Asuntos Europeos. "Todos pensamos que se va a cerrar en esta cumbre y que se va a poner fin a este periodo de crisis" vivido en la Unión Europea tras el rechazo a la Constitución por parte de Francia y Países Bajos.
No obstante, según reconoció Navarro, todavía quedan algunas "cuestiones abiertas" para las que sin embargo espera que haya una solución antes del viernes. La que más preocupa a España, y aparentemente la única que podría poner en peligro la firma del Tratado, es el rechazo de Italia al reparto de eurodiputados aprobado por el propio PE, que rompe su paridad con Francia y Reino Unido, y le deja con 72 escaños, frente a los 73 franceses y los 74 británicos.
El Gobierno italiano ha pedido a los Veintisiete que se aplace la decisión sobre el reparto de escaños, pero tanto España como el resto de socios se oponen a ello. "El reparto de escaños en el PE forma parte del paquete institucional del Tratado" y por tanto no puede aprobarse de forma separada, según Moncloa. En otras ocasiones, "cuando en la UE hay dificultades una de las salidas que se plantea es aplazar la decisión, pero para nosotros no es la solución".
Según Navarro, aunque los Veintisiete "comprenden" la situación de Italia, "hay que tener un cierto respeto institucional por parte del Consejo hacia la Eurocámara y aceptar cómo se quiere componer este". Una posible solución al problema, explicó, sería aprobar la propuesta del PE de que para las elecciones europeas de 2014 el reparto se haga en base a los ciudadanos y no a los habitantes, como hasta ahora.
Esto va en la línea de lo que reclama Roma, que considera que por tener menos inmigrantes pero más ciudadanos, no ha recibido más escaños en el nuevo reparto. Sin embargo, previno Navarro, a la larga, el adoptar la ciudadanía como base para el reparto de escaños podría "abrir el debate de la nacionalidad", puesto que en cada país las condiciones para conceder la ciudadanía varían.
"La presidencia portuguesa está tranquila de que habrá un acuerdo y nosotros estamos cargados de razón puesto que estamos aplicando el Tratado y lo que ha dicho el Parlamento Europeo" respecto al reparto de escaños, subrayó el secretario de Estado.
Otra de las soluciones que se han planteado es que Francia "regale" uno de sus escaños a Italia, con el fin de que se mantenga la paridad entre ambos como en el resto de instituciones europeas. Se trataría, según Navarro, de un acuerdo político, pero que podría provocar que Polonia también reclamara su paridad con España --ambos países tienen actualmente los mismos votos en el Consejo--, algo con lo que el Gobierno español no está de acuerdo, puesto que no cumpliría con los criterios de reparto de escaños contemplados por el Tratado de Reforma.
POLONIA
Sin embargo, Polonia, según el secretario de Estado, parece más preocupada actualmente en otros asuntos, en particular en la inclusión en el Tratado del llamado 'compromiso de Ioannina' mediante un protocolo, lo que convertiría a este acuerdo en derecho primario de la UE, algo a lo que se oponen el resto de miembros.
Para resolver este tema, una opción sería, indicó, el "buscar una fórmula parecida a la acordada para la Carta de Derechos Fundamentales". Este texto se adoptará en un acto solemne del Consejo, la Comisión Europea y el Parlamento, se publicará en el DOCE y en el Tratado se especificará que tiene "carácter jurídico".
En cuanto al resto de cuestiones planteadas, como la concesión de un abogado general en el Tribunal de la UE para Polonia, la polémica con Bulgaria por la escritura en cirílico de la palabra 'euro', la petición de Austria de poner topes a la llegada de estudiantes extranjeros a sus universidades, la propuesta checa de que el Consejo pueda proponer a la CE derogar legislación, Navarro consideró que con toda probabilidad se resolverán sin problemas.
Los otros dos temas a tratar en la cumbre serán la dimensión exterior de la Agenda de Lisboa, con especial atención a la crisis del mercado hipotecario de alto riesgo y el cambio climático. Además, el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, presentará un informe sobre la globalización con el que España, según Navarro, "comparte las grandes líneas planteadas".
Además, indicó el secretario de Estado, es muy probable que los Veintisiete aprueben la propuesta del presidente francés, Nicolas Sarkozy, de que se cree un comité de sabios para debatir sobre el futuro de Europa. Luego, añadió, en la cumbre de diciembre en Bruselas "se designará a sus miembros y se estipulará su mandato" que, precisó, "seguramente será muy amplio, hasta después de las elecciones al PE en 2009".
BILATERAL CON BROWN
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se desplazará a primera hora de la tarde de mañana a Lisboa para participar en la Conferencia Intergubernamental (CIG) y en el consejo informal. Tras la primera sesión de trabajo, Zapatero cenará con sus homólogos europeos, el presidente de la Comisión Europea y el alto representante para la Política Exterior, Javier Solana.
El viernes el presidente del Gobierno participará en la segunda sesión de trabajo y a continuación ofrecerá una rueda de prensa, para regresar a Madrid tras el almuerzo de trabajo con sus homólogos. Previsiblemente será el mismo viernes cuando mantenga un encuentro bilateral con el primer ministro británico, Gordon Brown, quien sucedió el pasado 27 de junio a Tony Blair. El encuentro sería el primero entre ambos mandatarios.