BRUSELAS, 8 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las restricciones a la libertad de expresión y Chipre son los principales escollos en las negociaciones de adhesión de Turquía a la Unión Europea, según se detalla en el crítico informe anual publicado hoy por la Comisión, que denuncia la ralentización de las reformas por parte del Gobierno de Ankara y exige rápidas mejoras en materia de derechos de las comunidades religiosas no musulmanas, derechos de la mujer, derechos sindicales y control civil sobre el Ejército.
Un capítulo concreto del informe se dedica a la libertad de expresión y al artículo 301 del nuevo Código Penal turco, que castiga los insultos a la identidad turca, la Republica y los órganos e instituciones del Estado y que fue el que se aplicó para procesar al escritor turco y premio Nobel de Literatura Orhan Pamuk, entre otros.
Esto es un "motivo de seria preocupación y puede contribuir a crear un clima de autocensura en el país", advierte el Ejecutivo comunitario, que reclama ajustar este artículo a los estándares europeos. Igualmente pide cambiar otros supuestos del Código Penal usados para perseguir la expresión no violenta de opiniones y que pueden limitar la libertad de expresión, derecho que se ve asimismo amenazado, según el informe, por la nueva ley antiterrorista.
Otro foco de preocupación se sitúa en la relación con Chipre y el hecho de que Turquía no haya aplicado completamente el llamado 'Protocolo de Ankara' extendiendo a todos los países de la UE el acuerdo de asociación que implica la apertura de los puertos y aeropuertos a la vecina república chipriota. Las restricciones a los barcos y aviones chipriotas suponen "una barrera al libre movimiento de bienes y al comercio" y su eliminación no puede condicionarse a la situación de la comunidad turcochipriota como hace Ankara, según Bruselas.
El informe constata que no se ha realizado ningún progreso en la normalización de las relaciones bilaterales con Chipre y que Turquía ha seguido vetando la entrada de este país en algunas organizaciones internacionales como la OCDE. No obstante, elogia que siga apoyando los esfuerzos de la ONU para lograr una solución global al problema chipriota.
INFLUENCIA DEL EJÉRCITO Y TORTURAS
Bruselas denuncia que el Ejército continua teniendo demasiada influencia en la vida política turca y opina sobre cuestiones en las que no debería entrometerse, como Chipre, la secularización o el tema kurdo. Por ello exige que las autoridades civiles refuercen su autoridad sobre el estamento militar y ejerzan todas sus funciones a la hora de definir la estrategia de seguridad nacional y su aplicación.
El texto se pronuncia también sobre la tortura en el país, de la que destaca "una tendencia a la baja" pero denuncia que aun así sigue habiendo casos fuera de los centros de detención, violaciones de los Derechos Humanos en la parte kurda del país y problemas de impunidad.
En cuanto a la reforma judicial, pese a reconocer que se han hecho avances, la Comisión señala que la independencia de los jueces todavía tiene que consolidarse en la práctica ya que tanto jueces como fiscales siguen estando ligados al Ministerio de Justicia. Asimismo, se lamenta la corrupción generalizada y que las políticas para combatirla no son lo suficientemente enérgicas.
En el documento se expresan preocupaciones sobre el respeto a los derechos de las mujeres y, si bien admite que el marco legal general es "satisfactorio", puntualiza que sigue pendiente su puesta en práctica y pone como ejemplo la aplicación parcial de la ley de protección de la familia.
SUICIDIOS DE MUJERES
Además, se recuerda que, a pesar de que el Código Penal contempla como circunstancia agravante en caso de asesinato las muertes ligadas a cuestiones morales, las sentencias de los tribunales reflejan un panorama distinto. Así, señala que mientras algunos tribunales imponen las penas máximas para este tipo de delitos, como la cadena perpetua, otros optan por sentencias más suaves, especialmente si el autor es un menor.
"Los crímenes de honor y los suicidios de mujeres por la influencia de sus familias se siguen produciendo, especialmente en las regiones del este y sur del país", indica el texto elaborado por Rehn, que lamenta que este tipo de suicidios no se investiguen de manera adecuada. También cree que la Comisión que el Gobierno turco debe aumentar la protección para las mujeres objeto de violencia doméstica.
En cuanto a la participación de las mujeres en la vida política, se indica que sigue siendo baja y que continúa la discriminación femenina en el mercado laboral. A pesar de que, en general, ha aumentado la atención que las autoridades dan a los derechos de la mujer, Bruselas pone de relieve que persisten los problemas especialmente en las áreas más pobres del país.
EMPEORAMIENTO EN LA PARTE KURDA
Bruselas constata un "deterioro" de la situación en la parte kurda desde que el PKK decidió reanudar la violencia. Durante el último año se han producido 774 ataques terroristas con 62 víctimas mortales. Además, tras unos funerales de terroristas del PKK en marzo hubo disturbios con un uso desproporcionado de la fuerza por parte de las autoridades turcas que se ha repetido en otras ocasiones.
La situación socioeconómica de la región sigue siendo difícil y no hay planes para afrontar esta cuestión. La positiva declaración del primer ministro Erdogan en 2005 en la que afirmaba que buscaría resolver el problema kurdo de forma democrática no ha tenido seguimiento y no hay diálogo entre Ankara y las autoridades locales. Además, existe un umbral del 10% de representación que impide a los partidos minoritarios estar en el Parlamento.
LIBERTAD RELIGIOSA Y DE ASOCIACIÓN
La Comisión se refiere a las limitaciones a la libertad de asociación y critica que la ley turca de partidos no se ajuste a la normativa comunitaria entre otras cosas porque estos no pueden expresarse en una lengua distinta al turco. Los progresos del candidato son también insuficientes en materia de libertades sindicales y protección de las minorías, ámbito en el que se recuerda que Turquía no ha firmado la Convención del Consejo de Europa de protección de minorías nacionales ni la Carta Europea sobre lenguas minoritarias.
En cuanto a la libertad religiosa, el documento indica que en general este derecho se respeta pero a pesar de haber sido abolida del DNI la filiación religiosa, hay determinados documentos personales que abren la puerta a una "discriminación potencial" que preocupa a Bruselas.
También se lamenta que las comunidades religiosas no musulmanas sigan teniendo problemas para legalizarse y sufriendo restricciones a sus derechos a la propiedad.
Desde el punto de vista económico, Bruselas señala que Turquía cumple las condiciones exigibles de economía de mercado, siempre que mantenga sus recientes esfuerzos de estabilización y reforma. Ankara será capaz de hacer frente a las fuerzas del mercado y la competencia una vez que entre en la UE y ha realizado progresos en la adopción de nuevas leyes y el establecimiento de nuevas instituciones en esta área, aunque todavía no tiene la suficiente capacidad administrativa para gestionar las ayudas europeas. Especial atención merece la agricultura porque Turquía sigue sin cumplir los estándares fitosanitarios exigibles.