La víctima de una agresión sexual en Talavera (Toledo) no tiene "ninguna duda" de que el acusado fue el autor

El hombre niega los hechos, dice que no tuvo relaciones sexuales a la fuerza con nadie y manifiesta que no conoce a la chica

Europa Press Nacional
Actualizado: martes, 27 enero 2009 15:03

TOLEDO, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -

La víctima de una agresión sexual ocurrida en Talavera de la Reina (Toledo), el día 23 de septiembre de 2007, aseguró hoy no tener "ninguna duda" y estar "totalmente segura" de que el hombre de nacionalidad búlgara acusado de los hechos, Nicola D.D., fue el autor de la agresión, algo que ratificó nuevamente al final de su declaración, cuando el presidente del Tribunal le pidió que --a pesar de haber prestado declaración protegida con un biombo-- mirase a la cara al acusado.

Durante la vista oral celebrada en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Toledo, la víctima relató, entre sollozos, cómo el día de los hechos regresaba sola hacia su coche de la feria de Talavera, y que fue al atravesar un descampado cuando se dio cuenta de la presencia del hombre.

Según comentó, "en todo momento" vio la cara de su agresor, ya que previamente se había cruzado con él en la calle, a la altura de una comisaría de policía, y le había llamado la atención su mirada "fría". También especificó que el hombre hablaba bien español aunque cortaba algunas palabras y frases.

La víctima, que dijo haber estado "psicológicamente fatal" ya que estos hechos la han hecho "cobarde", relató cómo el acusado la tiró al suelo, se colocó encima de ella, y la agarró del cuello y que aunque ella intentó quitárselo de encima no pudo porque la dejó "totalmente inmovilizada".

A continuación y mientras él la intentaba besar y la "rozaba" --pues no pudo consumar la penetración--, oyó voces cerca de ellos y, aprovechando que el acusado se puso nervioso, se lo quitó de encima, y se fue corriendo hacia el grupo de personas, a las que les comunicó que la habían intentado violar.

Por último, la víctima reconoció que le da igual que el acusado la indemnice porque "solo quiero que pague por lo que ha hecho y que no lo haga a nadie más". Incluso, a pesar del miedo a que él la volviera a ver, traspasó el biombo que la separaba de él para comprobar, a instancias del Tribunal, que el acusado era su agresor y solicitó --aunque este punto le fue denegado-- que él la mirara a la cara y negase lo ocurrido.

NO RECUERDA QUÉ HIZO

El imputado, por su parte, y ayudado de una intérprete, explicó que cuando ocurrieron los hechos trabajaba en una atracción de feria, y dormía en una caravana cercana con su jefe y otros dos compañeros, y que el día de los hechos, cuando terminó de trabajar, sobre las 5.30 ó las 6.00 horas no recuerda lo que hizo.

Sí negó haberse cruzado con alguna mujer en el descampado, que intentase mantener relaciones sexuales a la fuerza con ella o que la conociese. También explicó que esa noche llevaba puesta un chándal y unas deportivas rojas, y que desde que cerró la atracción hasta que se fue a la caravana a dormir transcurrieron 15 minutos.

Posteriormente prestó declaración uno de los jóvenes que pasaba por la zona esa noche y hacia el que se dirigió la víctima, que contó que cuando volvía a casa con sus amigos sobre las 6.15 horas vio a dos personas tiradas en un descampado. Entonces una de ellas, la víctima, se levantó y se dirigió corriendo hacia él pidiéndole ayuda.

Luego vio cómo el hombre, que estaba encima de la mujer y tenía los pantalones bajados, salió corriendo por un camino oscuro "en dirección contraria" a la que él se encontraba.

Testificaron a continuación dos médicos forenses que atendieron a la víctima, quienes confirmaron que las lesiones que presentaba son compatibles con un episodio de agresión, y varios policías nacionales que declararon que la mujer, cuando presentó la denuncia, sobre las 8.00 horas de ese mismo día, tenía arañazos en el cuello, la vestimenta sucia y estaba nerviosa y asustada.

EN LA FRONTERA DE LA VIOLACIÓN

En sus conclusiones, el Ministerio Fiscal, que pide seis años de prisión por el delito de agresión sexual en grado de tentativa y dos por un delito de lesiones, consideró que los hechos han quedado probados, que el acusado ha incurrido en muchas contradicciones y que la víctima no tiene ningún ánimo de venganza o animadversión contra el acusado porque no se conocían previamente.

En los mismos términos se pronunció la acusación particular, que pide la misma pena que el Ministerio Público y una indemnización superior a los 18.000 euros por daños morales y físicos, al situar lo ocurrido "en la frontera de la violación", convencida de que si no llega a ser por la resistencia de la víctima y por la presencia del grupo de jóvenes se hubiera consumado.

Por último, la defensa del acusado pidió su absolución, teniendo en cuenta que la víctima dice que su agresor hablaba español y el acusado no se defiende en ese idioma y necesita intérprete, y porque no se halló ningún resto de ADN del acusado en la ropa interior de la víctima.

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