Pilar Manjón pide que se deje de preguntar "estos muertos, ¿de quién son?"
VALENCIA, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Asociación 11-M Ayuda a las Víctimas del Terrorismo, por boca de su presidenta, María Angeles Domínguez, y de dos se sus miembros, participantes en la mesa del III Congreso Internacional de Víctimas, acusó hoy al Gobierno socialista y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de "no querer investigar" la verdadera autoría de la masacre de Madrid. Así, cada uno de ellos sacó a colación alguna de las supuestas incógnitas que se desprenden de la investigación y que, afirmaron, han destapado determinados medios de comunicación.
Domínguez se preguntó, en su turno de palabra, por qué no se practicó la autopsia a los siete terroristas que se suicidaron en Leganés, mientras que Laura Jiménez, una joven en silla de ruedas desde el 11 de marzo de 2004, aseguró que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) conocía la existencia de la casucha de Morata de Tajuña desde antes de que se cometiesen los atentados y, sin embargo, hasta 15 días después no se practicó su registro.
Por su parte, Gabriel Moris, padre de una víctima del atentado, se interrogó sobre el conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de la actividad de Allekema Laamari, uno de los implicados que se inmoló también en leganés.
Todo ello llevó a la presidenta de la Asociación a preguntarse: "¿Es que al presidente no le asombran los continuos descubrimientos periodísticos cuando aparece un fleco aún más sorprendente?". Calificó asimismo de "cruzada" la labor de su asociación en pos de la verdad porque "son demasados los enigmas y los obstáculos".
Esta asociación, que ha pedido en numerosas ocasiones la reapertura de la comisión de investigación parlamentaria, inquirió, en palabras de su presidente, si en el caso de que se consiga resultará "tan atroz la verdad". "No puede ser peor que las lágrimas mudas", se contestó.
"PRESTIDIGITADORES DE LA CONFUSIÓN".
En la misma mesa participó Pilar Manjón, la presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, pidiendo "juicio, sentencia y castigo" para los responsables de la matanza. Manjón centró su intervención en el carácter "internacional" del dolor de las víctimas del terrorismo, al ser, dijo, todas iguales.
Como ejemplo puso el 11-M y la multitud de nacionalidades de los fallecidos y heridos. A muchos de ellos los llamó por su nombre y dibujó una breve pincelada de la situación en la que han quedado sus seres queridos y de los proyectos que esas víctimas ya no podrán cumplir.
Manjón rechazó la capitalización de las víctimas: "¡Vale ya de preguntar: ¿estos muertos de quién son? ¿son de los nuestros o de los ellos? ¡La verdad! No son de nadieo son de todos, pero sobre todo pertenecen a quién les añora y a quien les llora". También cargó contra "ciertos prestidigitadores de la confusión y el populismo" y añadió que "las bombas que se colocan dentro de las palabras no sólomatan su significado, sino también nuestras conciencias".
