BARCELONA, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -
La VIII legislatura en el Parlament de Catalunya comenzó hoy con un frente abierto entre el tripartito y CiU en su batalla por arrogarse la representación mayoritaria de Catalunya y que, tras el pacto entre PSC, ERC e ICV-EUiA para formar gobierno, se trasladó a la Cámara catalana en la sesión constitutiva y la elección de los miembros de la Mesa. El próximo enfrentamiento se prevé para el próximo jueves, cuando de inicio el pleno de investidura del próximo presidente de la Generalitat, que será José Montilla.
De hecho, tras la sesión, el presidente de CiU, Artur Mas, insistió en lamentarse de su situación pese a haber ganado las elecciones y en algunas entrevistas criticaba que "no nos han dejado ni negociar" y se sentía "engañado". Diferente cara ofrecía Montilla en los mismos foros asegurando que "no hemos engañado a nadie" y reivindicando la legitimidad del que será su gobierno. Montilla explicó que anunciará la composición del ejecutivo "inmediatamente" después de su investidura y admitió que en esta legislatura "no se la juega sólo" el tripartito, sino que también "se la juega el país".
A la espera de la investidura, CiU acusa al tripartito de imponer un presidente del Parlament, Ernest Benach, que "no recoge la opinión mayoritaria de la ciudadanía catalana" que convirtió a la federación nacionalista en "la primera fuerza política" de Catalunya. El malestar de la federación nacionalista se hizo evidente no sólo en las declaraciones a la prensa, sino en el gesto del presidente de CiU, Artur Mas, que evitó cruzar palabra con Benach.
Igual malestar había en las filas de PP y Ciutadans por el 'Visca Catalunya Lliure' de Benach, que coincidieron a calificar como impropio de un presidente de una institución que pretende representar a todos los catalanes.
La sesión solemne de hoy comenzó puntualmente a las 10.30 horas con menos invitados ilustres de lo que era habitual y con ausencias destacadas como la del ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y del alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, aunque sí estaba el líder de CiU en este ayuntamiento, Xavier Trias. Tampoco se vieron autoridades militares ni eclesiásticas.
Acudieron a la cita diputados en el Congreso y senadores de CiU, ERC e ICV, además de algún eurodiputado, el vicepresidente segundo del Congreso Jordi Vilajoana, el síndic major, Joan Colom, el síndic de Greuges, Rafael Ribó, y el presidente del Consell de l'Audiovisual de Catalunya (CAC), Josep Maria Carbonell. Ex diputados a la espera de recuperar su escaño una vez se forme el nuevo gobierno completaron la tribuna de invitados junto a familiares. También estuvo presente el ex presidente del Parlament, Joan Rigol, y el histórico dirigente de ERC Jordi Carbonell.
Hasta que sonaron los timbres de llamada al hemiciclo renovado para esta legislatura, por los pasillos del Parlament se pudieron ver las estampas típicas de la primera sesión parlamentaria. Diputados medio perdidos, distribución de planos para ubicarse cada uno en su escaño --provisional hasta una decisión de la Junta de Portavoces-- y gestos como el del presidente de la Generalitat en funciones, Pasqual Maragall, que mantuvo un breve encuentro con Montilla en los despachos reservados para el Gobierno.
NUEVA MESA DEL PARLAMENT.
La elección de Benach como presidente fue plácida, por anunciada, al igual que ocurrió con los vicepresidentes Higini Clotas (PSC) y Ramon Camp (CiU) y los secretarios Lidia Santos (PSC), Antoni Castellà (CiU), Jordi Miralles (ICV-EUiA) y Rafael Luna (PP). No obstante, la suma de los votos de las fuerzas del tripartito para hacer presidente a Benach y relegar a CiU y PP en los puestos de la Mesa provocó indignación en las filas nacionalistas.
El diputado de PSC-CpC Josep Maria Balcells, que actuó como presidente de la mesa de edad y asumió la responsabilidad de ordenar un minuto de silencio en memoria del ex presidente de la Cámara, Joaquim Xicoy, fue el primero en reclamar a los parlamentarios catalanes "diálogo y pacto" y "evitar menospreciar y humillar al contrincante".
Las tres votaciones, con papeleta en urna, y por orden alfabético --el primer diputado en votar fuer Oriol Amorós (ERC)-- permitió ver la primera actuación parlamentaria del futuro presidente de la Generalitat, que se estrenaba hoy en la Cámara catalana.Junto a Montilla, la novedad de la legislatura pasa por la recuperación del grupo mixto, inexistente desde 1988, y en el que se inscriben los tres diputados de Ciutadans, que dieron las primeras muestras de la que será su actuación en el Parlament negándose a cantar el himno catalán que cerró la sesión.
'VISCA CATALUNYA LLIURE'.
Ya con la nueva Mesa del Parlament constituida, el protagonista fue Ernest Benach, quien lanzó un 'Visca Catalunya Lliure', al igual que hizo en 2003 cuando asumió por primera vez la presidencia del Parlament, y pidió "sentido de Estado" y "unidad" a los grupos parlamentarios para seguir escribiendo "el camino de la utopía".
En su intervención, Benach recordó que hace tres años invitó a los diputados a "comenzar a escribir el guión de la utopía" y resaltó que "un trozo de esta utopía ha dejado de serlo para ser realidad". No obstante, señaló que "podemos continuar escribiéndolo y, si nos lo proponemos, dejará de serlo un día". "Tenemos necesidad y capacidad para hacerlo", añadió.
A juicio de Benach, "para dibujar el país que soñamos, el Parlament debe ser el punto de encuentro, espacio de reflexión de la nación catalana, reflexión serena, abierta y participativa" y reivindicó el estilo propio de hacer política en Catalunya basado en el "diálogo" para "superar las diferencias". "Tenemos la oportunidad de imaginar y construir la Catalunya que queremos" y por ello, insistió en que el "diálogo, el consensos y el respeto a la diversidad de opiniones han de impregnar el día a día del Parlament", añadió.
Citó retos "con nombres y apellidos" como el desarrollo del Estatut, la financiación, las infraestructuras o la inmigración y avisó de que todos ellos reclaman "unidad sin concesiones", "sentido de Estado, de país si quieren" y "estar a la altura de las circunstancias".
TEMAS URGENTES.
Al margen de estos retos, tras la sesión de investidura de la próxima semana, la Cámara afronta la resolución de temas urgentes como la aprobación de las comisiones parlamentarias, que se deben aprobar en el pleno y que son necesarias para poner en marcha los mecanismos de elección de los nuevos senadores autonómicos, y la renovación de miembros de órganos de dependencia parlamentaria.
Es el caso del CAC, que tiene tres de sus miembros cesados por final de mandato desde antes de verano, y de la Corporació Catalana de Ràdio i Televisió (CCRTV), aunque en este caso, podría plantearse mantener en suspenso la renovación de cargos a la espera de la aprobación de la ley que regula este ente. Ya en manteria de producción legislativa, el compromiso electoral de Montilla pasa por que la ley de Servicios Sociales sea la primera de su mandato.