Viñetas.- El 'Jyllands-Posten' afirma que con las caricaturas quería probar los "límites de la autocensura"

Actualizado: lunes, 20 febrero 2006 14:25

Un responsable del diario defiende su publicación y destaca que han servido para fomentar el diálogo con los musulmanes en Dinamarca

COPENHAGUE, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -

El redactor jefe de Cultura del diario danés 'Jyllands-Posten', Flemming Rose, volvió a defender hoy la publicación de las caricaturas de Mahoma por el rotativo y explicó que con la petición a dibujantes daneses de que hicieran dibujos del profeta del Islam se quería "probar los límites de la autocensura", tras varios sucesos tanto en Dinamarca como en otros países, en los que ésta se había aplicado en asuntos relativos a esta religión.

Asimismo, aunque admitió que "la idea no era provocar gratuitamente" a los musulmanes y no se pensaba que "desencaderanía violentas manifestaciones en el mundo musulmán", consideró que lo sucedido ha permitido, al menos en Dinamarca, un mayor debate con la comunidad musulmana, que ha "marginado" a los imanes radicales. "La cara musulmana de Dinamarca ha cambiado y ahora está claro que no hay un debate entre 'nosotros' y 'ellos', sino entre los que están comprometidos con la democracia en Dinamarca y los que no lo están", afirma Rose en un artículo recogido en la edición electrónica del diario.

"Pedí las caricaturas en respuesta a varios incidentes de autocensura en Europa provocados por los cada vez mayores sentimientos y temores de intimidación en lo que tiene que ver con cuestiones relativas al Islam", explicó el responsable de la sección de Cultura. El fue quien pidió a dibujantes daneses dibujos de Mahoma con los que un escritor pudiera ilustrar un libro infantil sobre la vida del profeta, dibujos que luego publicó el diario el pasado mes de septiembre.

En Dinamarca, destacó, "tenemos una tradición satírica cuando se trata a la familia real y a otras figuras públicas, y eso se refleja en las viñetas". "Los dibujantes trataron el Islam del mismo modo que tratan el Cristianismo, el Budismo, el Hinduísmo y otras religiones".

"Tratando a los musulmanes en Dinamarca como a iguales estan diciendo: os estamos integrando en la tradición danesa de sátira porque sois parte de nuestra sociedad, no extranjeros", añadió, subrayando que en su opinión "las viñetas son incluyentes, más que excluyentes". "Los dibujos en ningún caso demonizan o estereotipan a los musulmanes", consideró Rose.

En este sentido, y en cuanto a la caricatura en la que aparecía Mahoma con un turbante en forma de bomba y que los críticos consideran que con ella se dice "que el profeta es un terrorista o que todos los musulmanes son terroristas", Rose hace una lectura totalmente diferente.

EL ISLAM, REHEN DE LOS TERRORISTAS

"Algunos individuos han tomado como rehén la religión del Islam cometiendo actos terroristas en nombre del profeta. Ellos son los que han dado un mal nombre a la religión", afirmó, subrayando que el dibujo también hace alusión a la fábula de Aladino y la naranja que cayó en su turbante y que generó su fortuna. "Esto sugiere que la bomba procede de fuera y no es una característica inherente al profeta", destacó, advirtiendo que aunque el dibujante de esta viñeta también hizo en el pasado otras sobre Jesucristo o sobre el judaísmo, "no se quemaron embajadas ni hubo amenazas de muerte".

Por otra parte, el responsable del 'Jyllands-Posten' señaló que cuando visita una mezquita, al igual que cuando va a una iglesia o cualquier otro lugar de culto, sigue "las costumbres", pero "si un creyente me pide que yo, como no creyente, observe sus tabúes en el terreno público, no está pidiendo mi respeto, sino mi sumisión y eso es incompatible con una democracia secular", subrayó.

"Admito que algunas personas se han sentido ofendidas por la publicación de las caricaturas y el 'Jyllands-Posten' ha pedido perdón por eso. Pero no podemos pedir perdón por nuestro derecho a publicar material, incluso material ofensivo", afirmó, resaltando que "no se puede publicar un periódico si te ves paralizado por las preocupaciones sobre cualquier posible insulto".

"Yo también me ofendo por cosas que aparecen en la prensa todos los días: transcripciones de los discuros de Usama bin Laden, fotos de Abú Ghraib, gente que insiste en que Israel debería borrarse de la faz de la tierra o gente que dice que el Holocausto nunca ocurrió, pero eso no significa que yo me abstenga de publicarlo mientras esté dentro de los límites de la ley y del código ético del diario".

DEFENSA DE LA LIBERTAD DE EXPRESION

Asimismo, añade que aunque los críticos de las caricaturas "no han medido sus palabras" hacia el diario danés y aseguran que "la libertad de expresión no implica un aval para insultar los sentimientos religiosos de la gente", "nosotros no somos unos fundamentalistas en nuestro apoyo a la libertad de expresión". "Estoy de acuerdo en que la libertad de publicar cosas no significa que se publique todo", aseveró.

Por otra parte, Rose resaltó que desde que las caricaturas aparecieron el 30 de septiembre "se ha producido un debate constructivo en Dinamarca y Europa sobre la libertad de expresión, la libertad de religión y el respeto por los inmigrantes y las creencias de la gente". En el caso de Dinamarca, añadió, los imanes que que "informaron erróneamente a sus homólogos en Oriente Próximo sobre la situación de los musulmanes en Dinamarca han sido marginados" porque "los musulmanes moderados han tenido el valor de hablar contra ellos".

Además, lo ocurrido ha permitido dejar claro que "este no es un debate entre 'nosotros' y 'ellos' sino entre los que están comprometidos con la democracia en Dinamarca y los que no lo están". "Este es el tipo de debate que el 'Jyllands-Posten' esperaba generar cuando optó por probar los límites de la autocensura pidiendo a los dibujantes que retaran un tabú musulmán", el de dibujar a su profeta o a Alá.

"¿Conseguimos nuestro propósito? Sí y no. Algunas de las firmes defensas de nuestra libertad de expresión han sido inspiradoras, pero las trágicas manifestaciones en Oriente Próximo y Asia no eran lo que anticipábamos y mucho menos deseábamos". Además, el diario ha recibido "104 amenazas registradas", los dibujantes han tenido que pasar al anonimato y ha habido varias amenazas de bomba en su sede. "Este no es un clima para reducir la autocensura", añadió Rose.