MADRID/BARCELONA, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
ERC sale del Congreso con la firme intención de votar en contra de la reforma del Estatut de Cataluña, "con todo el dolor del alma", como dijo su presidente, Josep Lluís Carod-Rovira. Lo cierto es que esta postura y la polémica en torno a las declaraciones del conseller de Gobernación, el republicano Joan Carretero, han reabierto heridas en el tripartido. Maragall no ve justificado el 'No' de ERC al Estatuto y espera que la reunión que ha propuesto de los líderes catalanes con José Luis Rodríguez Zapatero, una reunión que no está en la agenda del presidente del Gobierno, sea "útil y clarificadora". ERC, por su parte, asegura que ni Maragall exigió el cese de Carretero, ni Esquerra amenazó con dejar el Ejecutivo catalán.
"Con todo el dolor del alma, ERC va a votar 'No'", dijo Carod-Rovira, quien matizó que su partido respalda el 85 por ciento del texto aprobado. Ese 15 por ciento restante, explicó, es lo fundamental del texto y justifica la negativa de su formación.
"Demasiados esfuerzos, demasiadas energías, demasiados boicots, demasiada catalonofobia, demasiada demagogia para resultados tan exiguos", lamentó.
Esta posición de ERC deja al Gobierno catalán en una situación delicada, más aún después de las críticas de Pasqual Maragall al pacto PSOE-CiU para reformar el Estatuto y a la polémica por las declaraciones del conseller catalán Joan Carretero. El presidente de la Generalitat insistió en que "no está justificado el anuncio de votación negativa" de ningún partido. Y la respuesta de Carod fue igualmente contundente. "Que nadie penalice a ERC por defender el 30 de marzo lo mismo que el 30 de septiembre. No es un delito", dijo el líder republicano.
Para Maragall, la posibilidad de recuperar a Esquerra para el consenso de los partidos catalanes pasa por una reunión que ya ha solicitado entre el cuatripartito y José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente catalán cree que ese encuentro puede ser "útil y clarificador". El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, aseguró que el presidente del Gobierno no tiene en su agenda a lo largo de este mes, antes de que se debata el Estatuto en el Pleno del Congreso el día 30, ninguna reunión de estas características. Artur Mas censuró la "irresponsabilidad" de Maragall. "No tengo ni idea de esa reunión, nadie nos ha consultado ni informado", dijo.
A pesar de todo, Maragall, Carod y Mas coincidieron en lanzar mensajes muy positivos sobre el Estatuto. El presidente catalán aseguró que el preámbulo es "definitorio del concepto de Cataluña como nación". El líder republicano aseguró que este Estatuto marca el inicio de un futuro Estado catalán. "Quizás hoy no quieran reconocer Cataluña como nación, pero quizás mañana deberán hacerlo como Estado", dijo. Y el presidente convergente, en cambio, sí ve reconocida la nación catalana.
MAS RETA A MARAGALL
Mas, de hecho, lanzó un órdago a Maragall, al que retó a liderar un proceso para que en el trámite en el Senado se consiga una mejor definición de Cataluña, criticada por el presidente de la Generalitat. A ERC le criticó que anteponga su interés partidista, y Carod le respondió que debería tener "menos arrogancia" porque "nadie sabe qué depara el futuro". Y es que CiU sabe que el tripartito pasa por momentos delicados, como evidenció la socialista catalana Manuela de Madre con un claro mensaje a Esquerra. "Los que están a favor, suelen estarlo con matices. Los que están en contra sólo están en contra", dijo.
Al rechazo de ERC al Estatuto hay que sumar la polémica por el ataque del conseller Carretero que sólo algunos de los implicados dan por zanjada. "Hubo unas declaraciones desafortunadas en el terreno personal, no en el debate político", dijo José Blanco, número dos del PSOE, que se mostró convencido de que Maragall "lo ha resuelto satisfactoriamente". No parecen pensar lo mismo ni el ministro de Defensa, José Bono, quien exigió a Carretero "un respeto que no ha tenido el consejero", ni el portavoz del PSOE en el Congreso, Alfredo Pérez Rubacalba, quien advirtió al conseller que "no puede insultar al presidente del Gobierno".
Desde ERC se rebajó el tono de la polémica. El conseller primer de la Generalitat, el republicano Josep Bargalló, aseguró que ni Maragall amenazó con destituir a Carretero ni Esquerra lo hizo con abandonar el Gobierno y romper el tripartito. El portavoz republicano en el Parlamento catalán, aseguró que la expresión que utilizó Carretero en alusión a Zapatero -"españolista demagogo"- no era "para tanto" y no debe tener "ninguna penalización" en el tripartito.
Sin embargo, Mas se mostró muy crítico. Ve una crisis cerrada en falso y a un Maragall y a su Gobierno "agarrados a las sillas".
"Confieso que ni yo mismo, que estoy metido en esto cada día y lo vivo minuto a minuto, entiendo nada. No puedo entender cómo se pueden montar líos de esta magnitud cada día y en los que el Gobierno está atascado", dijo. Mas, en todo caso, descartó volver a presentar una moción de censura (algo que CiU ya hizo tras la crisis del Carmel) o pedir elecciones anticipadas. "Ya hemos hecho todo lo que podíamos: sacar adelante el Estatut desde la oposición", sentenció.