MADRID, 7 Sep. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reiteró hoy la voluntad del Gobierno español y de la Unión Europea de que se encuentre una "solución negociada" a través del "diálogo político" a la crisis nuclear iraní, al tiempo que consideró que el alto representante de la UE para la Política Exterior, Javier Solana, es "la garantía de un posible acuerdo" para que Teherán suspenda el enriquecimiento de uranio.
Según Zapatero, España es "partidaria de que no haya ningún desarrollo de armas nucleares" y al mismo tiempo que "el diálogo político sea el camino para el entendimiento con Irán". Esta es la postura que ha transmitido al secretario general de la ONU, Kofi Annan, con quien se reunió este mediodía en Moncloa, pero también al negociador nuclear iraní, Alí Lariyani, de visita relámpago en Madrid.
En su breve reunión con este último, le hizo saber que tanto Europa como España desean que haya "un acuerdo político diplomático con Irán" pero también que Teherán "respete el orden legal con lo que respecta a su voluntad de acceder a la capacidad nuclear". En este aspecto, afirmó, "Javier Solana representa sin duda alguna el vértice de un posible acuerdo, la garantía de un posible acuerdo", por ello, agregó, ha instado a Teherán a que siga la "hoja de ruta que marque Solana" para llegar a una solución.
"Tiene que haber un acuerdo, respeto a la legalidad en esta materia, en base a las resoluciones de Naciones Unidas y que haya un entendimiento en base a lo que marque Solana", insistió, afirmando que este mensaje "va en sintonía con el contenido de las entrevistas que (el ex presidente) Felipe González mantuvo en Teherán" la semana pasada.
Por otra parte, consideró "positivo" los contactos que el Gobierno iraní está manteniendo con varios países europeos, incluida España, y dijo que "si España puede contribuir a que podamos llegar a un final razonable en el expediente nuclear creo que habremos hecho una tarea positiva".
BUSQUEDA DE UNA SOLUCIÓN NEGOCIADA
Mientras Annan, que el pasado fin de semana viajó a Teherán para reunirse tanto con Lariyani como con el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, explicó que los iraníes "no están dispuestos a suspender el enriquecimiento antes de las negociaciones, pero están preparados para negociar y la discusión de la suspensión podría ser parte de las negociaciones", de las que podría salir un acuerdo par suspender las actividades de enriquecimiento de uranio. El Consejo de Seguridad de la ONU había dado a Irán hasta el 31 de agosto para poner fin a estas actividades, pero Teherán desoyó el ultimátum.
En todo caso, el secretario general insistió en que "la mejor solución sería una solución negociada en la que se tuvieran en cuenta todas las preocupaciones". "Espero que en las próximas semanas o meses esto sea posible", agregó, subrayando la necesidad de que el problema nuclear iraní no se vea como un "problema aislado sino en el contexto de lo que está pasando en el mundo y en especial en esa región".
Irán, concluyó, "tiene la responsabilidad de tomar medidas para asegurarnos a todos nosotros de que sus intenciones son pacíficas, y acabar con la nube de incertidumbre y dudas" que ha sembrado su programa nuclear.