MADRID, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los deseos del ministro de Defensa, José Bono, de dejar el Gobierno se habían intensificado la semana pasada y así se lo había expresado al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien ya, según él mismo ha reconocido, había presentado su dimisión hace tres meses. En otras ocasiones, el presidente no había tomado en consideración su petición, pero esta vez lo admitió y el domingo pasado pactaron su salida del Ejecutivo, según informaron a Europa Press fuentes socialistas.
Hace ya seis meses que el titular de Defensa había trasladado al jefe del Ejecutivo su intención de abandonar el Gobierno, lo que formalizó hace unos tres meses mediante una carta. Sin embargo, fuentes de Moncloa aseguran que el presidente no había considerado esta posibilidad hasta hace unos días.
Las fuentes consultadas precisaron que la semana pasada Bono volvió a comunicar a Zapatero su intención de marcharse, por lo que el relevo se pactó el pasado domingo y se fue preparando hasta formalizarse en el día de hoy. Zapatero informó la noche del jueves a la vicepresidenta del Gobierno de los cambios que iba a realizar y comunicó su decisión al titular de Interior, José Antonio Alonso y a la nueva ministra de Educación, Mercedes Cabrera. José Bono, por su parte, comenzó a comunicar anoche, a algunas personas de su entera confianza, que iba a dejar el Gobierno.
DIFERENCIAS DE BONO CON VARIOS MINISTROS
Las diferencias del ministro de Defensa con varios de sus compañeros, a cuenta de numerosos asuntos, habían ido trascendiendo a lo largo de los dos años de Legislatura. Una de las últimas que se ha producido y que, según algunas fuentes, puede haber sido el desencadenante de la decisión, es la discrepancia de Bono con su compañero José Antonio Alonso.
Estas fuentes explican que el titular de Defensa tenía retenido el texto que había realizado Interior para modificar el régimen disciplinario de la Guardia Civil, con el fin de suprimir los arrestos de los miembros de la benemérita. Esto, que constituía una promesa electoral del PSOE, aún no se ha llevado a la práctica y la asociación mayoritaria de guardias civiles ha convocado un acto de protesta en la Plaza Mayor de Madrid el próximo día 22 de abril, el primero que se produciría en democracia por parte de los miembros de este cuerpo.
También son conocidas las críticas de Bono al Estatuto catalán y las diferencias que ha mantenido con el titular de Industria, José Montilla, como consecuencia de este asunto, que también se hicieron palpables con numerosos ataques verbales al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall.
Además, los rifi-rafe de Bono con el titular de Exteriores, Miguel Angel Moratinos han sido objeto de numerosas noticias, hasta el punto de que este último incorporó a primeros de marzo a un coronel a su gabinete, como asesor militar, para coordinarse mejor con el ministro de Defensa.
El último desencuentro entre ambos se produjo por la fecha de regreso de las tropas españolas que se encontraban en Haití en la misión de la ONU MINUSTAH. Anteriormente tuvieron otros desencuentros que llevaron al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a intervenir reclamando una mayor coordinación.
Así, a finales de noviembre del pasado año Bono anunció a la madre del preso condenado a muerte en Filipinas, Francisco Larrañaga, que la presidenta de este país, Gloria Macapagal Arroyo, no autorizaría la pena capital contra el reo mientras estuviese en el poder. Exteriores se apresuró horas después a recordar que estas garantías ya habían sido comunicadas a Moratinos por las autoridades de Manila en verano.
También y con motivo de su gira africana de primeros de diciembre, Moratinos indicó que habría una próxima visita del ministro de Defensa a Angola para reforzar la cooperación en seguridad y defensa con este país africano mediante la venta de aviones de carga y transporte C-295. Sin embargo, Bono respondió con un comunicado en el que dejó claro que no tenía intención de viajar a Angola en próximas fechas y que no estaba prevista la venta de ningún aparato al Gobierno de Luanda.
Zapatero ha aprovechado, además, este relevo para colocar a dos personas de su entera confianza en puestos clave en un momento en el que está a punto de abrirse un proceso de paz, tras el alto el fuego de la banda terrorista ETA.
Rubalcaba, que ya se encontraba en el núcleo duro que diseña la estrategia para el final de la violencia pasará ahora a dirigir a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y Alonso, que goza de toda la confianza de Zapatero, controlará el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), cuya información será de gran utilidad en esta fase.
El relevo de la ministra de Educación, María Jesús San Segundo, se ha producido, según las fuentes consultadas, tras los problemas planteados por la tramitación de la Ley Orgánica de Educación, que han tenido que ser solventados 'a posteriori' y con la colaboración del Grupo Parlamentario.