TARRAGONA, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, afirmó hoy que la cúpula del PP, con Mariano Rajoy, José María Aznar y Angel Acebes al frente, "está deseando" que las elecciones catalanas las gane CiU y, por ello, pidió un voto masivo al candidato socialista, José Montilla, con el objetivo de "arrinconar" a "esa derecha extrema".
Zapatero avisó de que "hay mucho en juego" en los comicios del miércoles en Catalunya porque son "referencia" para las elecciones generales y confió en el apoyo del "pueblo, que es donde nacimos y de donde vinimos".
Zapatero fue el protagonista en el único mitin de Montilla en Tarragona en esta campaña electoral en el Camp de Mart a los pies de la muralla romana de la ciudad, donde manifestó de nuevo su apoyo al candidato socialista.
El presidente socialista explicó a los más de 1.800 asistentes, entre los que se encontraba el padre del candidato, Antonio Montilla, que el 1-N Catalunya debe elegir entre "un presidente que piensa que Catalunya es sólo la tierra de sus padres y un presidente que piensa que Catalunya es, ante todo, la tierra de sus hijos", refiriéndose a Montilla.
El presidente se manifestó "orgulloso" de liderar un partido que "lleva a lo más alto a una persona nacida en Córdoba" y "tenga un título universitario, dos o ninguno. Eso es la democracia". Para Zapatero, "con la democracia pasa como con la educación, los poderosos dicen que sobran universitarios, pero llevan a sus hijos a las mejores universidades, dicen que todos los partidos son iguales, pero ellos siempre votan a los mismos".
En este sentido, abogó por un gobierno presidido por Montilla, que permita "seguir avanzando a Catalunya y el conjunto de España" y para que "la extrema derecha se quede en un rincón de la historia y volvamos a ganar las próximas elecciones".
Para lograrlo, pidió un "apoyo amplio" de los catalanes y proclamó que "todos sabemos quién está deseando que gane Mas: Rajoy, Aznar, Acebes y el PP. Esos están deseando. Llevan deseando desde que perdieron las elecciones generales y se van a quedar una vez más esperando porque ganará ampliamente Montilla".
Montilla avaló la candidatura de Montilla y aseguró que, entre todos los candidatos de las elecciones catalanas, sólo al socialista "le encargaríamos la educación de nuestros hijos y le confiaríamos la gestión de nuestros intereses, tras una mirada rápida". Montilla es, según Zapatero, garantía de "seriedad y confianza" y recordó que, en política, "la palabra es lo que cuenta, el compromiso y la autenticidad".
Para Zapatero, Montilla "ha demostrado con su trabajo y su trayectoria que es una persona de fiar" y será un presidente que "no mira a nadie por encima del hombro, sino que va a mirar a todos los catalanes de igual a igual".
En esta línea, hizo un llamamiento a "confiar en proyectos y candidatos que cumplen lo que promente y que no tienen que arrepentirse" y criticó que CiU "lleve toda la campaña arrepintiéndose de que estuvo con el PP". "Pues estuvo, estuvo", apostilló.
Por contra, subrayó que los socialistas "no tenemos que arrepentirnos" de nada, "sino que vamos con la cabeza alta". Recordó, al respecto, la retirada de las tropas de Irak, la suspensión del Plan Hidrológico Nacional y "el mejor Estatut de la historia de Catalunya", así como el retorno de los 'papeles' de Salamanca o el reconocimiento del catalán en las instituciones europeas. Apostilló que su Gobierno ha hecho "todo esto con pocas alianzas con los poderosos".
Para Zapatero, la defensa del catalán en Europa "ha sido un deber, no un mérito", pero también dejó claro respecto a la situación del catalán y el castellano en Catalunya que "una lengua no crece a costa de las obras, sino que crece con otras lenguas, respetando y apoyando a todas, sin poner ninguna por encima de otra" porque "detrás hay personas, ciudadanos con iguales derechos". "Ése es el fundamento de una vida democrática, de convivencia e igualdad", dijo.
Zapatero avisó de que en las elecciones catalanas "hay mucho en juego" porque, "como ha pasado en otras ocasiones, marcan una referencia" de cara a las elecciones generales. El interés de Zapatero es lógico, ya que el PSC logró en marzo de 2004 un millón y medio de votos, medio millón más que en las últimas autonómicas, y confió especialmente en el voto de los jóvenes.
No obstante, se manifestó confiado en el resultado en base a la "satisfacción de haber cumplido los compromisos" y la "tranquilidad que da tener" un candidato, "un presidente", como Montilla. Además, del "orgullo, de no tener que dar la fe notarial a nadie porque nuestra fe notarial está en el pueblo, donde nacimos y a quien nos debemos".
En su intervención, no hubo referencia alguna al proceso de paz en Euskadi, pero sí se refirió a la situación económica española y dio por hecho que la derecha "presumiría" de la bonanza de las finanzas, de los índices de creación de riqueza y empleo. Ironizó recordando que "había uno que decía que él era el milagro" económico en España, y apostilló que "aquí no hay milagros, hay trabajo de la gente y un país que mira al futuro. El milagro es el ciudadano".
Defendió la leyes de Igualdad y Dependencia y las políticas de aumento de las pensiones y de familia, reprochando su actitud a "aquellos que tanto hablan de la familia y tan poco hacen", y puso a Catalunya como "referente para toda España" por "hacerse a sí misma compartiendo la diversidad, defendiendo su identidad, pero que "respeta, tolera e integra". "Es la Catalunya de Montilla", dijo.