Exhumados los seis primeros cuerpos de presos republicanos del cementerio del Fuerte de San Cristóbal

Actualizado: sábado, 15 septiembre 2007 14:00

Junto a sus cuerpos se han hallado botellas que contenían el acta oficial de defunción

PAMPLONA, 15 Sep. (EUROPA PRESS) -

Durante este verano se han inhumado los restos de seis de las 131 presos republicanos que fueron enterrados en el cementerio del Fuerte de San Cristóbal cuando éste dejó de tener funciones de prisión y pasó a ser hospital penitenciario, entre 1942 y 1945.

Como hecho "singular" y "excepcional" en los enterramientos de la Guerra Civil, entre las rodillas de los cuerpos se han encontrado botellas que contenían el acta oficial de defunción expedida por el hospital penitenciario.

Sólo se ha podido recuperar una de esas actas ya que, salvo una botella, el resto tenía el tapón de corcho. El documento que acredita la identidad de Andrés Gangoiti Cuesta, de 23 años, y natural de Górliz, Vizcaya, condenado a 30 años y muerto por tuberculosis, estaba en una botella de jarabe con tapón de rosca con papel absorbente, según explicó a Europa Press Lourdes Errazti, arqueóloga de la Sociedad Aranzadi, que junto con la Asociación Txinparta y la Asociación de Familiares de Fusilados, trabaja voluntariamente en la exhumación.

Un párroco del Fuerte hizo un croquis del cementerio, situado en una ladera cercana. Consta de cinco filas, una de ellas a modo de cementerio civil. El párroco apuntó las referencias de los 131 inhumados, fallecidos por enfermedad y naturales de 37 provincias españolas, además de un argentino, según explicó Koldo Pla. La exhumación es posible gracias sus trabajos de investigación y a los de Jimeno Jurío. Pla recordó que los familiares de los fallecidos nunca fueron informados del paradero de los presos, pese a que existían constancia oficial del cementerio.

Actualmente, un total de 28 familias han mostrado su interés en recuperar los cuerpos y sólo dos han preferido dejarlos donde están. Las asociaciones tienen dificultades para localizar al resto de familiares, aunque recientemente ha contactado con dos o tres más.

Según explicó la arqueóloga, los trabajos, que proseguirán en octubre, están siendo complicados. A la "gran profundidad" en la que se encuentran los cuerpos se suman los corrimientos de tierras y la vegetación arbórea. Todos los cuerpos están introducidos en féretros de madera de pino, con medidas estándar. "Hay uno de gran envergadura, de 1,75 metros, que justo cabe", comentó Errazti, quien señaló que, pese a la ayuda del croquis, algunos cuerpos no han sido encontrados. El objetivo es exhumar por lo menos los esqueletos de los 28 individuos cuyas familias quieren recuperarlos. Los seis presos hallados procedían de León, Córdoba, Cuenca, Jaen, Górliz (Vizcaya) y Valencia.

Según informó Pla, en el Fuerte murieron 750 presos, por enfermedad o fusilados. A los 131 de este cementerio, se suman los 207 de la fuga de 1938, enterrados en fosas situadas en el valle, otros 101 muertos o asesinados anteriormente en pueblos de la Cendea de Ansoáin y alrededor de 200 "desaparecidos", no inscritos en el Fuerte pero que fueron "solicitados" y "abatidos" en carreteras y en laderas.

Por otro lado, según informaron de la Asociación de Familiares de Fusilados, el 7 por ciento de los casi 5.000 presos que pasaron por el Fuerte eran comunes y el resto, antifranquistas.