PAMPLONA, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los resultados de la séptima edición del Índice de Eficiencia Energética de Gas Natural Fenosa revelan que los hogares navarros tienen un potencial de ahorro de 20,85 millones de euros en su factura energética, algo que se conseguiría con medidas de eficiencia.
La energía susceptible de ser ahorrada, 19.000 toneladas equivalentes de petróleo, es similar a la que consumen casi 603.500 televisores encendidos durante un año, según ha destacado la compañía en una nota.
Un mejor uso de la energía podría, además, ahorrar la emisión a la atmósfera de 50.835 toneladas de dióxido de carbono (CO2), "una cantidad equivalente a la que evitarían 4 millones de árboles en una zona tropical o a la que emitiría un avión en casi 11 vueltas al mundo".
El barómetro de Gas Natural Fenosa, que se elabora desde 2004, se ha convertido en una referencia en la medición de los hábitos de consumo de energía en España, según la compañía. Este estudio analiza las costumbres que implican un esfuerzo pequeño, pero que suponen un importante ahorro para las familias.
Los resultados se obtienen a partir de las 3.800 encuestas, realizadas entre noviembre y diciembre, que preguntan sobre cuatro aspectos diferentes: cultura energética, mantenimiento, control energético y equipamiento.
NAVARRA, LIGERO AVANCE SOBRE 2010
El Índice de Eficiencia marcó en 2011 en Navarra una puntuación de 6,53, cifra que presenta un ligero avance respecto de 2010 (6,46). En relación con el primer estudio de 2004 (6,09), el Índice ha experimentado una mejoría en Navarra del 7,2 por ciento.
Los hogares navarros son algo menos eficientes que el conjunto de los hogares españoles. De hecho, su índice global, 6,53, le sitúa en el puesto número 12 de las comunidades autónomas. No obstante, sus índices energéticos se sitúan, según Gas Natural Fenosa, en torno a la media de España, aunque superándola en control energético y equipamiento.
En esta edición, el estudio ha analizado el impacto de las medidas que adopta la Administración para mejorar la eficiencia energética de los ciudadanos. La conclusión obtenida es que las medidas normativas son "más rápidas y eficaces" que las ayudas económicas directas. En el caso de las campañas de concienciación, "aunque su influencia es apreciable en algunas pautas de uso, es más difícil dirimir su impacto, ya que el efecto es menos marcado".