Los peligrosos Cebada Gago dejan un corneado en un encierro rápido, con las calles mucho más despejadas

Actualizado: lunes, 10 julio 2006 10:37

PAMPLONA, 10 Jul. (EUROPA PRESS) -

Los peligrosos Cebada Gago han dejado un herido por asta de toro en la Estafeta en el cuarto encierro de las fiestas de San Fermín de Pamplona. Las calles del recorrido se encontraban mucho más despejadas después de la avalancha del fin de semana, y los astados, salvo el derrote que alcanzó a un mozo, corrieron centrados, sin despistarse, circunstancias que favorecieron una carrera de gran belleza plástica.

Según el parte provisional, dos personas han sido trasladadas al Hospital Virgen del Camino. Además del mozo corneado en el muslo izquierdo, otro con traumatismo en la cara.

Después de explotar el cohete, a las ocho en punto, los astados salieron de los corrales y pronto subieron a las primeras posiciones de la manada, que quedó dividida en tres en el transcurso de la carrera.

El primer grupo estaba encabezado por cinco toros - 1 negro, otro castaño y 3 colorados- y un cabestro. Desde Mercaderes, en segunda posición corría el sexto toro y por detrás, el resto de cabestros.

Las primeras caídas fueron evidentes en la plaza del Ayuntamiento. En la Estafeta, un toro cobrizo del primer grupo se ladeó y embistió a varios corredores. El único derrote en toda la carrera dejó un herido. En todo caso, los mozos pudieron lucirse en este tramo, en donde se formó algún que otro pequeño montón y en donde el sexto toro corrió en solitario.

Los primeros toros entraron directamente en los corrales de la plaza a los 2 minutos y 9 segundos. El sexto lo hizo a los 2,32, tras la intervención de los dobladores, que recondujeron al astado cuando trató de pasearse por la plaza.

Cebada Gago, de Medina Sidonia (Cádiz), es una de las ganaderías más peligrosas. Según un estudio de los últimos 25 años, ostenta el récord de corneados, 37 heridas en 20 años, con un resultado de 1,8 empitonados por día. Le gana Torrestrella, con 2,1 corneados por carrera, o 21 cornadas (1 muerto) en 10 años, según un estudio del periodista Javier Solano.