Actualizado 28/01/2009 01:00

Agustín Jiménez.- Varios gallineros

MADRID 28 Ene. (OTR/PRESS) -

El primer ministro de Islandia ha suscitado una conmoción tranquila entre el cuarto de millón de almas de su parroquia. Geir H. Haarde - nos hemos enterado de su nombre justo antes de que se nos olvidara para siempre -, ha anunciado que líos de familias, culpa de los socialdemócratas, han acabado con la coalición reinante. Afortunadamente quedan en la tierra políticos de relevancia que nos sacarán de apuros. Obama, que es zurdo (no nos habíamos dado cuenta antes de votar por él), nos tranquiliza después de cada declaración que hace porque levanta la barbilla. Zapatero, ambidextro, nos apabulla con su humildad porque después de cada declaración baja la barbilla. Sarkozy, que es un pulpo y tiene los miembros repetidos, la sube y la baja y dispara ojos en varias direcciones simultáneas. Es lo más parecido a un gallo que acapara el gallinero.

Hay sitios, como la Comunidad de Madrid, donde no acaba de haber un gallo prevalente. Las peleas de gallos y gallinas son terribles. Si se acercan espectadores, les llueven picotazos. Son la imagen de la política en estado telúrico o, si lo prefieren, en estado cutre, un anticipo de lo que se les puede venir encima a los ciudadanos si no controlan el ganado. Pese a ello, debemos ser optimistas porque todo se va a aclarar. El vicepresidente de la Comunidad ha llegado a comparecer en televisión con la cara afeitada.

En muchos aspectos, la crisis consiste posiblemente en líos de gallinero. Para empezar, es mentira que la crisis sea general. En Somalia y Darfur, por ejemplo, no creen que la situación haya empeorado. En otras partes, la crisis - como la economía según Zapatero - es simplemente un estado de ánimo. Es como cuando uno de la pareja declara sin previo aviso: "No te soporto" o "Ya no te quiero" y se esfuma la benevolencia en el hogar. Sin benevolencia, se instala la mala intención y se obra el mal porque sí. Cada día desayunamos con la noticia de 80.000 o 100.000 empleos de diversos chiringuitos internacionales que se han ido al garete. Es dudoso que a largo plazo se justifiquen los ERE y los despidos masivos pero las justificaciones no se estilan en macroeconomía ni en macropolítica. Los garantes de la alianza de civilizaciones no se recatan en vender armas a Israel, apostrofó a Zapatero un joven iluso, seguramente progre.

Por lo demás, el papa ha rehabilitado a los chicos excomulgados de Lefèvre, Rajoy sigue teniendo razones para ser discreto, a Rachida Dati han dejado de prestarle vestidos las casas de alta costura, Berlusconi cuenta chistes como suele, el ministro checo lleva pajarita, los serbios se mantienen en el Madrid, Gordon Brown amaga y amarga, Angela Merkel comienza a aburrir mucho al personal, Putin sigue sin sonreir, Obama sube mucho la barbilla y Zapatero la baja muchísimo.

Agustín Jiménez.

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