Actualizado 27/02/2007 01:00

Andrés Aberasturi.- Pisar la calle

MADRID 27 Feb. (OTR/PRESS) -

Ha empezado la guerra del "y yo más" previa a las elecciones y mire usted por dónde, los partidos todos se decantan por dejarse de zarandajas y buscar soluciones reales para los problemas reales de la gente que realmente les vota. No está mal, pero digo yo que se lo podrían haber planteado hace unos años y eso que habríamos adelantado todos.

Si en lugar de empecinarse en dos o tres cuestiones políticas y en un par de iniciativas legales minoritarias se hubieran puesto manos a la obra con las medidas que ahora prometen, las cosas no estrían, seguramente como están. Si a cualquier ciudadano se le pidiese un resumen de lo que llevamos de legislatura, es muy probable que limitase la cosa a los siguientes asuntos: los nuevos estatutos autonómicos de los que no entiende casi nada y que le importan aun menos como quedó claramente demostrado en el fracaso de votantes tanto en Cataluña como en Andalucía. El otro tema sería el llamado "proceso de paz" en el todos están de acuerdo en terminar con la violencia pero en el que nadie sabe nada sobre si hubo, hay o habrá negociaciones y que terminó trágicamente en le T-4.

Estos dos temas han centrado prácticamente toda la legislatura y han abierto la mayor brecha en el PSOE y e PP y no sólo eso, sino que dentro de cada partido, se confiese o no, las "sensibilidades" han tomado posiciones que no por no salir a la luz dejan de existir. Del 11-M solo nos queda un juicio, para mi mal instruido, y una comisión que cerró el asunto en falso con más pena que gloria. Eso en cuanto a política pura.

En la dimensión social, el PSOE saca siempre a pasear el tema de los matrimonios homosexuales cuyo debate nunca llegó a la calle porque el personal es mucho más maduro y más serio que la clase política y por eso fracasó el PP cuando quiso hacer de este asunto un tema de enfrentamiento que se volatilizó en un par de días. De la Ley de Dependencia sólo nos queda esperar con cierta desconfianza a ver qué pasa porque lo que hasta ahora ha pasado es casi nada y más bien malo: la posibilidad de que los síndromes de down se queden fuera de las presuntas ayudas. Ya veremos. Y se acabó. No ha habido política exterior, las soluciones habitacionales de la ministra de la vivienda no parece que hayan tenido mucho existo y los afanes por vigilar nuestra salud de la titular del ramo ha provocado más chistes que resultados y encima se ha tenido que beber sola el último decreto.

¿Tres años para esto? No merecía la pena. Tal vez en la Congreso preocupan unas cosas mucho y se relegan otras que la calle viene demando. Tal vez la opinión publicada se haya contagiado de la clase política y no refleje realmente lo que dice la opinión pública. Tal vez sobran tertulias y faltan hechos. Pero sea como fuera, las municipales y muchas autonómicas están ahí y naturalmente los partidos se afanan por pisar la calle y escuchar al vecindario. A ver si así se enteran de qué va la cosa

Andrés Aberasturi.

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