MADRID 4 Ago. (OTR/PRESS) -
He regresado de Chile, de un corto viaje de trabajo, con la envidia metida en el cuerpo. Es un país serio, una gente responsable, curada y curtida, que ha sabido superar avatares sangrientos y un cruel dictadura, y que sale adelante e incluso de un brutal terremoto extrae energía como pueblo y como país. Crece, avanza, baja el paro, coloca su deuda mejor que nosotros tan europeos, es solvente, da plenas garantías a los inversores externos. Para colmo respeta a sus dirigentes. Tal vez porque ellos son respetables. La encuesta última ofrecía un resultado aceptable para el actual presidente Piñera, un 45% de apoyo contra un 28% critico y el resto indiferentes y, me resultó sorprendente, la ex presidenta Bachelet gozaba de un 77% de apoyo a su labor durante su mandato. En Chile no se puede optar a la reelección , aunque si volverse a presentar tras una legislatura de "descanso". El clima Gobierno-Oposición, con los encontronazos lógicos, es respetuoso. En los medios de comunicación se tolera muy poco la descalificación del contrario y no puntúa el insulto ni la arremetida feroz.
Vamos que amarillo de envidia y , encima, la vez que ocupamos las portadas es por la astracanada catalana de prohibir las corridas de toros, lo que les parecía a los chilenos, como a todo el mundo, un asunto esencialmente político (la memez de ZP de que no se politice es tomarnos a los demás por tontos), vinculado a la obsesión identitaria, encaminado a borrar de allí a España y a avanzar en las ansias separatistas.
Luego volví y la bienvenida fue que el paro había subido, encuesta EPA, en el segundo semestre. No mucho pero muy significativo por ser meses propicios y por dejar una vez más los campaneados brotes verdes gubernamentales en agua de borrajas y borrajas socarradas. Estamos en los 4.650.000 y con los meses de otoño e invierno, pasada el efecto turístico, esto a punta a los cinco millones. El paro es de verdad lo insostenible, ya que está tan de moda el palabro, lo absolutamente insoportable de nuestra realidad , de nuestro presente y ante el que no podemos resignarnos como parece hacer nuestro Gobierno para el futuro.
Con el Jet-Lag se me ocurrió enterarme de que había dicho Zapatero en su última rueda de prensa prevacacional. Y me di cuenta de que podía haberme ahorrado el esfuerzo de bucear en los archivos. Amen de poner cartitas y darse pisto, como si lo que ha sido obligado a hacer se le hubiera ocurrido a él mismo, no dijo nada. Pero nada. Ya se sabe que él no tiene que ver ni con la gobernabilidad del país, ni con la crisis, ni con la Nación. A él con que los nacionalistas le dejen seguir siendo Presidente le vale. A nosotros nos pierde.