Actualizado 14/07/2007 02:00

Antonio Casado.- Acoso policial a ETA

MADRID 14 Jul. (OTR/PRESS) -

La opinión pública está encantada con los recientes golpes policiales contra ETA sin reparar en el signo político de los gobernantes de turno. Pájaro en mano, que se dice, cuando un terrorista entra en la cárcel. Desde luego, mucho mejor que los ciento volando prometidos en un proceso de negociaciones o un final dialogado con la banda.

Lo último, en Santander, donde se ha evitado un atentado en un edificio público. O la detención del jefe del aparato logístico de ETA, Iker Mendizábal, en Angulema (Francia). Pero ya son catorce los detenidos desde la ruptura del alto el fuego y al menos tres los atentados que la Policia Nacional y la Guardia Civil han evitado a lo largo de los días transcurridos desde el 5 de junio, fecha del comunicado de ETA en el que anunció la ruptura del alto el fuego "permanente".

Le oigo decir a un alto cargo político del Ministerio del Interior algo que impresiona: "Cierto que hemos dado buenos golpes policiales y ojalá la suerte nos siga acompañando en todas las ocasiones. Lo malo es que a los etarras les basta que les acompañe la suerte una sola vez". Cierto, la banda nos puede helar la sonrisa en cualquier momento. Pero podemos decir que las fuerzas policiales, ahora y siempre, con este Gobierno y con el anterior, con proceso y sin proceso, deberían tener la felicitación y el reconocimiento que parece faltarles cuando la política está por medio.

Aunque quienes dicen apostar exclusivamente por la derrota de ETA no parecen mostrar demasiado entusiasmo, al menos de una forma explícita. Rajoy se ha limitado a calificar de "milagroso" el hecho de que Policía y Guardia Civil se apunten tantos teniendo los responsables políticos que tienen. Me parece mezquino. Y a parte de esa salida de tono, no consta ningún gesto oficial y público de felicitación por parte de los dirigentes del PP por los recientes éxitos policiales.

Prefieren seguir reclamando las actas de las reuniones del Gobierno con ETA y los números de teléfono del alto cargo de Interior que, al parecer, utilizó a modo de salvoconducto el etarra detenido hace unos días en Paris, mientras usan la memoria de Miguel Angel Blanco para distinguir entre gobiernos que claudican ante el terrorismo y gobiernos que no claudican ante el terrorismo. Siempre habíamos creído que el PP veía en la eficacia policial la mejor punta de lanza de la política antiterrorista, pero parece que no es así. La operatividad de ETA, desplegada para volver a atentar después de romper la tregua ha quedado seriamente averiada. Averiada, no abolida, a la vista de un excelente balance: catorce detenidos, al menos tres atentados inminentes que han sido abortados, el aparato de falsificaciones documentales de ETA capturado en plena mudanza, totalmente desactivadas las cuadrillas alavesas del terrorismo callejero, intervenida una ingente cantidad de explosivos, armas, detonadores, documentación, etc. Y en conjunto, un excelente yacimiento de información para nuevas operaciones policiales que conoceremos en los próximos días.

Antonio Casado

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