MADRID 15 Nov. (OTR/PRESS) -
Entre el lanzamiento del "¿Por qué no te callas?" del Rey a Chávez, la separación de los duques de Lugo y la sentencia judicial contra los autores de una caricatura atrevidísima de los Príncipes de Asturias, la Corona sale en todas las coplas. Cosas de palacio. Por supuesto, nunca serán las de una familia cualquiera. Lo último es la sentencia contra el dibujante Guillermo Torres y el guionista Manel Fontdevila, que representaron en la revista satírica "El Jueves" a don Felipe y doña Leticia haciendo méritos para conseguir uno de los demagógicos premios de natalidad ofrecidos por el Gobierno. Eso pretendían el autor material y el autor intelectual de la caricatura. Sin embargo, el juez, con menos sentido del humor, ha considerado que el dibujo de marras es "objetivamente injurioso" y atenta contra la dignidad de los Príncipes. En consecuencia, impone una multa de 3.000 euros a cada uno de los coautores.
Lo importante no es la pena en sí, que será revisada en el anunciado recurso de la sentencia, sino la moraleja. En esto han competido el juez, por un lado, y el fiscal, por otro. Aquel explica en la sentencia que el castigo impuesto debe ser entendido como un mensaje a la sociedad, y a los acusados en particular, sobre el desbordamiento de los límites de la libertad de expresión. Tanto el dibujo como el texto son considerados en la sentencia como "injuriosos e innecesarios".
Sin embargo, ha sido el fiscal, la parte acusatoria del proceso en nombre de los ciudadanos, quien ha apurado el trazo pedagógico de la Justicia como institución plenamente integrada en la sociedad y en sus cuitas. Eso se llama contextualizar. O, dicho en lenguaje de la calle, aprovechar un balón suelto y rematar a puerta vacía. Esta es la perla: "Si nosotros no respetamos a nuestros propios símbolos e instituciones, ¿cómo los van a respetar en el extranjero?". La alusión del fiscal al conflicto de nuestros mandatarios con el presidente de Venezuela, Hugo Chavez, para exponer la moraleja de la condena a los colegas de "El Jueves" -colegas del abajo firmante, no de Chávez ni del fiscal-, no ha sido la única que se ha oído en relación con las cosas de palacio. Véase el vigente debate sobre la posibilidad de que Zarzuela haya aprovechado el subidón del Rey, por haber parado los pies al autócrata venezolano, para dar a conocer la separación de los duques de Lugo, con la esperanza de que los desperfectos en la imagen de la familia real se diluyan en esa ola de popularidad que envuelve a la Corona después de la visita del Rey a Ceuta, Melilla y Santiago de Chile. Curiosas situaciones las que se producen cuando las cosas de palacio pasan de la realeza a la realidad.
Antonio Casado.