Actualizado 07/07/2011 14:00

Antonio Casado.- La extraña pareja PP-IU.

MADRID, 7 Jul. (OTR/PRESS) -

Celebrada ya la primera sesión de investidura en el Parlamento autonómico de Extremadura, no me extraña que uno de los tres diputados de IU que este jueves en segunda y definitiva sesión van a facilitar el acceso del PP a la presidencia de esta comunidad autónoma, dijera que había estado a punto de levantar el puño, al estilo socialista o comunista, después de haber escuchado el lunes al candidato del PP, José Antonio Monago, y el martes al candidato del PSOE, Fernández Vara.

En el caso de Vara es lo que tocaba por lo que su partido representa. Y en el caso de Monago es lo que tocaba porque tenía que acariciar los oídos de sus socios de IU, cuya abstención facilitará la presidencia de Monago por mayoría simple en segunda votación. Será la primera vez que la derecha mande en esta región desde que nació el Estado de las Autonomías con la Constitución de 1978.

La posición abstencionista de la IU extremeña, decidida en asambleas de sus militantes por un 75 por ciento, incumple una resolución de octubre de 2010 por la que la Presidencia Federal decidió no facilitar gobiernos de la derecha si los votos de la coalición, como ha sido el caso, podían evitarlo. "Es una resolución obsoleta", dijo el líder extremeño, Pablo Escobar, convencido de que al impedir un gobierno del PSOE de todos modos está impidiendo un gobierno de la derecha, tal y como se reclamaba.

La contrariedad del coordinador general, Cayo Lara, ha sido ostensible. Dijo que con esa actitud los dirigentes extremeños se colocaban fuera de la línea política marcada por la Presidencia Federal. Primero porque ésta había marcado en campaña electoral el compromiso de no facilitar gobiernos municipales ni regionales del PP, ni por activa ni por pasiva. Y segundo, porque el máximo órgano de dirección les había pedido que desistieran de su actitud cuando ya la dirección regional y sus militantes habían decidido abstenerse en la votación de investidura.

Todo esto explica el discurso del candidato del PP, ya presidente "in péctore" de Extremadura, como si fuera un rojo peligroso. Recordó al famoso "hablo el catalán en la intimidad" de Aznar, cuando necesitó a los nacionalistas de Pujol para instalarse en la Moncloa (1996). "A los terratenientes, que les vayan dando", es la inesperada soflama de Monago. Y también: "Gobernaré con mano izquierda" o "La función de la riqueza es distribuirla". Mientras tanto, IU le pasa la factura. Que se sepa, mantenimiento del impuesto de sucesiones y bajar el umbral electoral para entrar en el reparto de escaños (del 5 al 3 por ciento). ¿Sólo eso? Pues no lo sé, pero también ante esta singular convergencia política PP-IU se deberían pedir explicaciones. Al menos con la mitad del entusiasmo que algunos ponen en descifrar las supuestamente inconfesables concesiones del Gobierno a los nacionalistas del PNV a cambio de apoyo parlamentario.