MADRID 12 Nov. (OTR/PRESS) -
Desde un punto de vista estrictamente democrático, recostado en el mero deseo de que el juego limpio reine en el campo de la confrontación política, resulta desalentador encontrarte con dirigentes del PP, nacionales y regionales, que lo reconocen abiertamente. El PP valenciano está bloqueando conscientemente, deliberadamente, maliciosamente, la designación de Leire Pajín, secretaria de Organización del PSOE, para ocupar un escaño en el Senado. El que le corresponde para cubrir la vacante dejada en su día por el también socialista Andrés Perelló.
Eso es tanto como reconocer que se está utilizando de forma torticera y partidista una dinámica pre-convenida entre PSOE, PP y resto de las fuerzas políticas de base parlamentaria. Esa dinámica, tan democrática como la que más, siempre se aplicó sin mayor problema en los procesos de designación de los senadores que representan a las distintas Comunidades Autónomas en la Cámara Alta. Hasta ahora, cuando el PP ha decidido pasársela por el arco del triunfo.
Admiten los dirigentes del equipo de Camps y miembros de la dirección nacional que se trata de un comportamiento de respuesta a la ofensiva socialista. Si fuera esa la única razón, hasta se podría entender, por el estado de cabreo permanente ante los denodados esfuerzos socialistas para sentar en el banquillo al presidente de la Comunidad, Francisco Camps, y sus principales colaboradores, pero las consecuencias son de fondo.
Si sólo fuera como dice la gente de Camps, también se entendería que los órganos de gobierno de las Cortes Valencianas, que es el Parlamento regional, con mayoría absoluta del PP, hayan vuelto a dejar pasar la última oportunidad de dar luz verde a la designación antes de terminar el actual período de sesiones. El pasado martes la Junta de Portavoces tampoco convocó el pleno destinado a nombrar a Leire Pajin como senadora de representación autonómica.
La número tres del PSOE, por tanto, seguirá sin ser senadora, al menos hasta bien entrado el año 2010, si para entonces el PP ha decidido levantarle el castigo o el Tribunal Constitucional, algo absolutamente improbable, ha fallado a favor de los socialistas el recurso de amparo que éstos presentaron a primeros de octubre por violación del artículo 23 de la CE (derecho de participación en la vida pública en igualdad de condiciones).
No tendría mayor importancia el bloqueo del escaño socialista, incluso contra el preceptivo dictamen de la Comisión del Estatuto del Diputado, que en su día consideró idónea a Leire Pajin, si la matemática parlamentaria no resultase alterada. Pero no es el caso. El caso es que sí altera la relación de fuerzas PSOE-PP en el Senado y puede ser relevante en las votaciones, como ya expliqué en mi anterior artículo sobre este tema. Y eso es jugar sucio.