MADRID 25 Oct. (OTR/PRESS) -
¿Y ahora, qué? Ahora lo que haga falta. En las coordenadas del Estado de Derecho, se entiende. Desde el diálogo político a la aplicación de las leyes. El diálogo es consustancial a la democracia y sus instituciones. Además, con alto el fuego y sin alto el fuego deben saber los etarras que la tenencia ilícita de armas es un delito, igual que el enaltecimiento del terrorismo y los que aún están por esclarecer en 300 causas judiciales abiertas por otros tantos atentados. Todo el rigor del Código Penal en esos casos, sin perjuicio de que ETA haya declarado un cese el fuego definitivo y todos -casi todos, por mejor decir- lo estemos celebrando.
El lehendakari, Patxi López, anuncia una ronda de contactos con los líderes de las fuerzas políticas vascas para concertar la voluntad de todos en la apuesta por la paz y la democracia, después del celebradísimo anuncio. Y no faltan quienes le acusan de cumplir una de las condiciones de ETA. Semejante reacción retrata a quienes han convertido sus recelos por el comunicado de la banda en irresponsables acusaciones al Gobierno, al PSOE e incluso al PP, de haber claudicado. Es la minoría política y mediática que se ha sentido descolocada con el adiós a las armas. Y ahora se esfuerza en convencernos de que nada ha cambiado y de que estamos poniendo alfombras rojas a los etarras y sus amigos para que consigan por las buenas lo que no consiguieron por las malas.
A quienes sostienen que el Gobierno vasco, socialista, como se sabe, se está plegando a las intenciones de ETA de tutelar el "nuevo tiempo" habría que preguntarles que desde cuándo el diálogo entre partidos legales es pecado porque le hace el juego a los etarras. En todo caso le hará el juego a la hoja de ruta presentada por Patxi López ante el Parlamento Vasco respecto a un futuro sin violencia. Uno de los puntos, el quinto, dice así: "El sistema democrático es la única vía para la convivencia. Sólo asumiendo sus principios, sus valores y sus reglas, podemos acordar la gestión de nuestras diferencias y los pactos para la convivencia futura".
De eso se trata en la ronda de conversaciones anunciada por Patxi López con las fuerzas políticas del País Vasco. El diálogo es la esencia de la Democracia. Eso no supone aceptar la agenda de ETA, traicionar a las víctimas del terrorismo o apostar por la impunidad, que son algunas de las barbaridades que se están escuchando entre quienes, efectivamente, han quedado descolocados con el anuncio del alto el fuego definitivo. Me refiero a la derecha furiosa reprobada por el propio Rajoy en su reciente apelación a "la hora de la grandeza". El mismo Rajoy que hace seis años acusaba a Zapatero de traicionar a las víctimas ha terminado uniendo su voz a la del presidente para asegurar que al adiós a las armas se ha llegado "sin concesiones políticas".