MADRID 2 Jun. (OTR/PRESS) -
A la hora de escribir este comentario se desconocía el desenlace de la reunión celebrada a lo largo de la tarde del viernes por la comisión ejecutiva del PSN-PSOE (Partido Socialista Navarro), que debía debatir sobre como utilizar la llave de la gobernabilidad en la Comunidad y el Ayuntamiento de Pamplona, a la vista de un complejo mapa electoral donde la fuerza ganadora (UPN) ha perdido la mayoría absoluta. Son tres las propuestas a valorar por los socialistas navarros:
La primera, un pacto de gobierno UPN(PP)-PSN(PSOE), en los términos expuestos el miércoles pasado por Mariano Rajoy en el Congreso de los Diputados. "Difícil, pero no imposible", respondió entonces Zapatero. Imposible, se puede decir ya. No tendría sentido que el PP gobernase con un partido al que ha estado acusando hasta hace cinco minutos de pactar en secreto la entrega de Navarra al nacionalismo vasco por exigencia de una banda terrorista. Pero si incoherente fue la oferta de Rajoy, más incoherente hubiera sido aceptarla por parte de Zapatero.
La segunda, un pacto de gobierno del PSN con los nacionalistas de Nafarroa Bai, que convertiría a Fernando Puras en presidente y al ex batasuno Patxi Zabaleta en vicepresidente de la Comunidad. Tiene mejor encaje en el discurso de Zapatero, más inclinado a entenderse con el nacionalismo moderado que con el PP, aunque diversas circunstancias la desaconsejan por el momento. Es la fórmula que defiende una mayoría de los dirigentes socialistas navarros pero no es bien vista en Moncloa. Creo estar en condiciones de afirmar que será desechada.
La tercera y última es la saldrá adelante con toda probabilidad. Consiste en permitir que UPN siga gobernando en la Comunidad -y en el Ayuntamiento de Pamplona-, pero quedarse con la llave. De este modo, el presidente seguiría siendo Miguel Sanz. Sin embargo, tendría que gobernar en permanente exposición a una moción de censura de los socialistas que llevaría a la presidencia a Fernando Puras con los nacionalistas de NB. Al margen de esa derivada, probablemente calculada por Moncloa para evitar su impacto en las elecciones generales, esta tercera opción es la más aconsejable por otras muchas razones: cierra el paso al fantasma del anexionismo vasco, cumple el principio democrático de otorgar el poder a lista más votada, evita un pleito de familia en el socialismo y frena la insensata campaña del PP contra la "política de rendición" y recoge un amplio sentir en el PSOE.
Si se confirma esta tercera opción en la voluntad de los socialistas navarros, que es lo más probable, la noticia será bien venida en medios constitucionalistas y mal hallada en los nacionalistas, que han de seguir a la espera de su oportunidad. Además, se recibirá con alivio en medios empresariales. El presidente de la Patronal, José Manuel Ayesa, ya se había pronunciado en contra de un pacto del PSN con los nacionalistas, a la vista del abrumador 74,30 % de votos sumados por las opciones "constitucionales" y contrarias a cualquier modificación del actual marco político de la Comunidad Foral.
Antonio Casado.