Actualizado 20/12/2007 01:00

Antonio Casado.- El PNV reinicia

MADRID 20 Dic. (OTR/PRESS) -

La nueva dirección del PNV, con Iñigo Urkullu a la cabeza cubriendo el hueco de Josu Jon Imaz, se ha constituido con una idea clara de su tarea prioritaria: iniciar una ronda de consultas con todos los partidos, incluidos los ilegales, para reintentar la "normalización" de Euskadi. Y aunque no se fijó el calendario de contactos, hay luz verde para que el nuevo presidente del EBB (Euskadi Buru Batzar) afronte esta tarea como complemento y apoyo del plan expuesto por el lehendakari Ibarretxe el 28 de septiembre con este ambicioso título: "Una propuesta política para abordar la solución del conflicto vasco".

La no fijación de fechas supone retrasar el inicio de los contactos previstos por Urkullu. De momento, hasta después de la votación final de los Presupuestos del Estado, este jueves en el Congreso, donde el Gobierno necesita los 7 votos del PNV para alcanzar la mayoría absoluta (176 escaños, al menos) y levantar el veto del Senado. Si no lo lograse, se prorrogarían los Presupuestos del año anterior y el Gobierno socialista incumpliría los compromisos adquiridos. Por falta de cobertura financiera. En otras palabras, sin los 7 votos del PNV a Zapatero se le derrumbaría todo el andamiaje electoral levantado con la vista puesta en las urnas del 9 de marzo.

¿Y qué pasara después, una vez que el Gobierno le deba el favor al nacionalismo "moderado"? En principio, Moncloa se enfrenta a un nuevo quebradero de cabeza, que ya se veía venir desde que se produjo la espantada de Imaz, un impagable cómplice de Zapatero durante la ya agonizante Legislatura. Un significativo golpe de timón en el PNV, que se reinicia a si mismo al calor de nuevas-viejas consignas, como el rechazo a las "recetas del pasado" (Urkullu) o "Es preciso romper la espiral que nos impide resolver el conflicto vasco" (Ibarretxe).

Todo ello, al margen de lo que haga o deje de hacer la banda terrorista Eta. Ahí está la madre del cordero. Alineamiento con la doctrina Ibarretxe: "Me niego a que ETA nos marque la agenda". Y, al tiempo, golpe mortal a las tesis de Imaz, que pasaban por congelar los avances hacia la "normalización" mientras Eta siguiera condicionando el escenario político.

Volvemos a estar frente a un clásico de la política vasca, marcada por el desdoblamiento del nacionalismo: el que gobierna y el que acojona, el moderado y el radical, el que va por las buenas y el que va por las malas. Cuando uno retrocede, el otro da un paso adelante y tiende la mano al que se queda atrás. Y al revés, según vengan dadas. Ahora le toca al PNV tirar del carro, una vez que el guión de Otegi se perdió en la polvareda del llamado "proceso de paz" apadrinado por Moncloa.

Antonio Casado.

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