Actualizado 14/02/2009 01:00

Antonio Casado.- La recusación

MADRID 14 Feb. (EUROPA PRESS) -

Señalan los juristas, no los políticos, que es técnicamente poco sostenible la postura del PP en su simultánea pretensión de personarse como acusación particular en la causa 275/2008, por la llamada "Operación Gürtel" y, ya como parte del proceso, recusar al juez Garzón por enemistad manifiesta.

Se da la circunstancia de que es justamente el juez del caso, el mismo juez recusado por quien solicita la personación en la causa, quien tiene que aceptar o rechazar esa solicitud de personación. De modo que aceptar la personación del PP como parte del proceso supone para Garzón aceptar también -admitir a trámite- la solicitud de que se aparte voluntariamente del caso o sea apartado por quienes pueden hacerlo.

Personación, por un lado, y recusación del juez, por otro. Dos actos jurídicos de distinta naturaleza que los letrados del PP, a las órdenes de Federico Trillo, su portavoz de Justicia, han amontonado en uno solo mediante la presentación simultánea de los dos escritos ante la Audiencia Nacional. Es imposible cursar el segundo sin estar resuelto el primero. Es decir, el PP no puede recusar al juez si no es parte del proceso. Y no será parte del proceso hasta que el propio juez lo decida.

Difícil decisión, también desde el punto de vista técnico, pues la personación que solicita el PP es como acusación particular. Eso le faculta para formular acusaciones contra funcionarios o autoridades públicas que hayan podido incurrir en los delitos imputados. Asimismo se supone que, como parte acusadora, se alineará con el ministerio fiscal en la "averiguación y persecución de los hechos presuntamente delictivos" que hayan podido cometerse.

Nada que objetar al alineamiento judicial contra la corrupción en ámbitos políticos e institucionales. Sin embargo, la recusación de Garzón por "enemistad manifiesta contra el PP" demuestra que de momento la vocación acusatoria del PP se concentra de forma exclusiva en el titular del Juzgado número V de la Audiencia Nacional porque los responsables de este partido se sienten indefensos. De nuevo la perplejidad. Quieren ser parte del proceso para acusar a los corruptos pero solo se defienden acusando a Garzón ¿Se trata de estar en la acusación o en la defensa propia?

Y todo por estar convencidos de que este juez, con ciertas complicidades institucionales, no tiene otra meta en la vida que sentar en el banquillo a cargos públicos del PP. Pero eso es ponerse la venda antes de que le hayan hecho la herida. Y alimentar el proceso de asignación de intenciones ajenas que caracteriza el debate político-mediático y nos hace perder las luces de posición. Sobre todo estas dos: respeto el funcionamiento de las instituciones y guerra sin cuartel a los sinvergüenzas que utilizan las siglas honorables de un partido, pertenezcan o no al mismo, para meter la mano en la caja de todos.

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