Actualizado 23/10/2007 02:00

Antonio Jiménez.- Elecciones inciertas

MADRID 23 Oct. (OTR/PRESS) -

La forma en que se ha resuelto el campeonato del mundo de Formula 1 justifica e incrementa las expectativas del deporte como un espectáculo que depara resultados imprevisibles y sorprendentes. De todos los supuestos manejados sobre la resolución del Mundial de Automovilismo en Interlagos, se produjo el que menos probabilidades tenía de materializarse de entre los barajados. En el deporte pasa como en la política, no siempre ganan quienes se cree o desea. En las elecciones de 2004 todas las encuestas auguraban un triunfo del PP por una diferencia que el PSOE acortó durante la campaña, pero no hasta el extremo de imponerse en las urnas. El guión establecido del 14-M con su final previsto, según los sondeos, fue trastocado radicalmente por el brutal atentado del 11-M y sobre todo por la desafortunada gestión que se hizo de la tragedia por parte del gobierno y que movilizó al millón largo de votantes que dio el triunfo a Zapatero.

En marzo próximo toca de nuevo votar y el guión no está escrito. Aunque en unos días aparecerá otra encuesta sobre intención de voto que otorga a los socialistas una ventaja respecto a los populares de más de dos puntos, no se deshace el empate técnico que los expertos subrayan sondeo tras sondeo. Puede repetir Zapatero pero también imponerse Rajoy. Si se diera el primer supuesto, la diferencia de votos y escaños apenas sería relevante, salvo que fuera por una mayoría absoluta impensable a día de hoy, dado que el actual inquilino de la Moncloa seguiría contando con los favores parlamentarios, nada altruistas por supuesto, de nacionalistas, secesionistas e IU, pero si las urnas arrojaran una victoria de Rajoy, sí sería determinante, en cambio, el resultado final en número de sufragios y diputados para evaluar las posibilidades reales de que el líder popular pudiera formar gobierno por más escrito y dicho que tenga Zapatero de que no asumirá esa responsabilidad aunque perdiera por un voto.

El presidente tiene acreditado suficiente historial como para dudar de sus verdaderas intenciones y en el supuesto de que Rajoy venciera por la mínima, entre uno y tres escaños, sólo podría gobernar con cesiones a los nacionalistas a cambio de apoyo; en este caso, por coherencia y principios, Rajoy no tendría más remedio que renunciar y dejar en manos de otro candidato, Zapatero, la formación de gobierno. Hay otra posibilidad y es que el líder del PP consiga una victoria por más de seis o siete escaños que lleve a los socialistas a pedirle a Zapatero algo mas que explicaciones por la derrota y abra la puerta a un nuevo líder con sentido de Estado, conceptual y moral, al frente del PSOE. En este supuesto, con Zapatero fuera de la Moncloa y Ferraz, se abrirían fundadas y esperanzadoras expectativas para que los dos grandes partidos nacionales recondujeran una situación política e institucional que además se proyecta con enormes incertidumbres económicas a cuenta de la crisis inmobiliaria. El dato que manejan responsables de algunas de las constructoras que cotizan en el Ibex es mucho mas que inquietante: en 2008 se venderá un 80% menos de pisos que este año.

Antonio Jiménez.

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